Radiografía del Coronavirus: el día después

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El mundo se convirtió en un campo de batalla (muy similar a la Guerra Fría), con la diferencia que en este momento, el enemigo es invisible y une en un objetivo común a todos los líderes mundiales.

Básicamente el mundo se detuvo; las economías, los mercados petroleros, las bolsas de valores, el intercambio turístico y comercial, todo se paralizó para evitar la propagación del virus, que aunque no es altamente mortal por su 1% de tasa fatal, es altamente contagioso.

El 11 de enero de 2020; quedará en la historia de la humanidad como el día de la caída del muro de Berlín o la llegada del hombre a la luna, pues ese día China anunció el primer muerto por el Covid-19 en Wuhan y desde esa fecha hasta hoy, han pasado 11 semanas y ha aumentado de 1 a 18.236 (hasta el 24 de marzo) casos fatales en todo el mundo.

Wuhan se convirtió en la capital de la nueva “carrera espacial” de las grandes potencias, esta vez entre la República Popular China, Europa, Estados Unidos (EE.UU.) y Rusia, pero la meta de dicha carrera no es llegar a la luna, sino parar la pandemia o controlar su propagación y finalmente hacerse con la cura o vacuna, que permita eliminar el Coronavirus causante de un tipo de neumonía llamada Covid-19.

Existen muchísimos estudios al respecto; y uno (en EE.UU.) establece que es un virus antiguo, de miles de años que mutó naturalmente y nació en China, pero la versión china del estudio, establece que es un virus existente y que fue manipulado en un laboratorio con partes del VIH-Sida y SARS.


Las dos caras de la moneda

A nivel mundial, existen dos claras posiciones sobre las medidas que deben ejecutar los gobiernos:

La primera; es la liberal, encabezada por Donald Trump, Boris Jonhson, primer ministro del Reino Unido y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, entre otros gobernantes de derecha o capitalistas, que tildan al virus de ser una construcción exagerada de los medios de comunicación para crear pánico, posición que busca asegurar a los mercados y las economías por encima de la protección de las personas.

La segunda; es el grupo encabezado por Xi Jiping, Nicolás Maduro, Miguel Díaz-Canel y Emmanuel Macron (aunque usted no lo crea), son quienes plantean el aislamiento social colectivo y han tomado medidas severas de protección a su población, realizando grandes ajustes y subsidios a las pequeñas y medianas empresas y a los trabajadores.

Las democracias liberales de occidente; han sido puestas a prueba a niveles extremos, obligadas a reforzar la noción de Estado-Nación minimizada por el concepto del “libre mercado” impuesto al término de la Guerra Fría. Mientras que los gobiernos con una fuerte presencia estatal como China, Cuba, Venezuela, Vietnam e Irán han ganado varias batallas, controlando la propagación de la pandemia y disminuyendo el número de muertes causadas por el mismo; con medidas catalogadas como excesivas en un principio, hoy son usadas ampliamente, pues han sido las únicas avaladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).


Aunque cada país ha afrontado la crisis de manera particular, existen medidas comunes exitosas:

  • Virus sin fronteras:

El cerrar las fronteras terrestres, limitar los vuelos y extremar el control de los flujos migratorios; han sido las decisiones más comunes y exitosas tomadas por los gobiernos. Sin embargo, existen países que no han asumido la medida, por temor al colapso de sus economías dependientes.

  • La era 2.0 y la privacidad:

Corea del Sur, ha sido pionero en publicar datos genéricos de los pacientes positivos con Coronavirus, al enviar mensajes de texto a residentes con direcciones y mapas de lugares donde los contagiados han estado, igualmente en Venezuela, se ha implementado una encuesta por intermedio del Sistema Patria donde se han realizado los principales despistajes. Por su parte los países europeos, han utilizado encuestas e información privada sacada de la llamada Big Data de sus ciudadanos, para identificar posibles casos positivos.

  • Confinamiento o cuarentena social y colectiva:

Siendo la medida más importante y radical tomada por los gobiernos, es un ejercicio de control social nunca antes puesto en práctica en tantos países y con tantos millones de personas a la vez. En este caso, es el Estado quien controla la libertad de movimiento, imponiendo un régimen de vigilancia policial y en algunos casos militar. Para algunos detractores de la medida, esto acarrea un coste social y económico incalculable, sin embargo China la justifica, ya que el 23 de enero redujo la movilidad de 750 millones de individuos y colocó en cuarentena a 150 millones más, lo que frenó el aumento de contagios.

  • La globalización del virus:

El Coronavirus, ha puesto de cabeza a las principales organizaciones que agrupan a los países:

La primera fue a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) cuando Arabia Saudí tomó, unilateralmente, la decisión de abarrotar el mercado de petróleo en represalias contra Rusia, por lo que los precios del crudo cayeron a precios muy por debajo de los $25 dólares el barril.

La segunda organización fue la Unión Europea (UE) quien se ha visto incapacitada económica y políticamente para afrontar la crisis, dejando sola a Italia y España en el combate contra la pandemia.

En Suramérica se vio absolutamente nula la nueva organización de países de gobiernos de derecha llamada PROSUR, encabezada por Sebastián Piñera (presidente de Chile) quien hasta ahora, no ha tenido ninguna incidencia en la región y que además de convocar a una reunión virtual, donde excluyó a Venezuela, no ha logrado ningún resultado concreto.


La llegada del Covid-19 no ha traído una crisis más, donde los poderosos salen beneficiados y los pequeños más empobrecidos. Este nuevo escenario ofrece también una opción para salir adelante, donde la cooperación internacional, que en otro momento parecía utópica, es la única salida.

China, Rusia y Cuba están a la cabeza de la estrategia de solidaridad internacional, mientras países como EE.UU. y Brasil, quedan solos con el mayor aumento de casos exponencial.

Por otro lado, los bancos centrales y los laboratorios han reforzado la coordinación con los Estados, para afrontar la crisis de salud y la crisis económica. Estamos ante un “nuevo fin de la historia”, un “nuevo orden mundial” y frente a lo que si sería un “pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad”.


 

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