El presidente de Colombia ordenó este lunes el despliegue de más fuerza pública para terminar con la protesta social. El mandatario marcó muy claro su objetivo con esta medida: terminar con los bloqueos de vías.
Para Duque, detrás de este formato de la protesta social se oculta un objetivo inconfesable: el de sabotear la normalización de la economía.
Por esto fue que declaró este lunes en la noche que: “Hemos dado instrucciones a todos los niveles de fuerza pública para que en los territorios con alcaldes y gobernadores, desplieguen su máxima capacidad operacional para que dentro de la proporcionalidad y estricto cumplimiento de los derechos humanos, le permita a los colombianos recuperar la movilidad y bienestar”.
No existe en Colombia ningún derecho a obstaculizar vías; ningún derecho a afectar los derechos de los demás. He dado instrucciones a la Fuerza Pública para que desbloquee vías en el país, en trabajo con alcaldes y gobernadores, y con estricto cumplimiento de los derechos humanos pic.twitter.com/3ROUxmVDVj
— Iván Duque ?? (@IvanDuque) May 18, 2021
Más gasolina para el fuego
Este pronunciamiento ha sido señalado por sectores sociales como una maniobra inconveniente; una que en vez de disuadir a la protesta y normalizar el país, pudiera contribuir a colocar a la represión en una escala superior y a los ciudadanos en un riesgo mayor.
Duque sorprendió con este anuncio de más despliegue, no solo porque parece que todavía no sopesa los excesos de la fuerza pública; sino porque lo hizo al mismo tiempo en que los representantes de su gobierno estaban sentados con los dirigentes del Comité Nacional del Paro.
La dirigencia de la protesta resumió la orden de Duque como una declaratoria de guerra a la protesta social. Estos respondieron al pronunciamiento presidencial volviendo a convocar a un nuevo miércoles de protesta.
Ningún diálogo o negociación para resolver los problemas reales del país. El gobierno definió el camino al llevar al máximo grado la militarización del país. Lo que viene es más de lo mismo: policía, militares y “civiles” armados, agrediendo a jóvenes, manifestantes y comunidades
— Iván Cepeda Castro (@IvanCepedaCast) May 18, 2021
¿Régimen democrático?
A pesar de que la decisión del presidente parece irrevocablemente firme, los del Comité le pidieron al mandatario que condene la violencia perpetrada por policías y militares que ha dejado hasta ahora más de 40 muertos.
“Pare la masacre presidente Duque”, le exigieron al mandatario los jefes del Paro.
Ante las acusaciones de conducirse como un dirigente autoritario, el mandatario dijo que: “aquí no hay una opresión, hay una democracia”, una palabra que se ha tornado cada vez más hueca, vaciada de pueblo y en un adorno de museo en los salones de La Casa de Nariño.