Los procesos electorales en el mundo, implican una serie de mecanismos que deben estar orientados a garantizar el ejercicio del voto; así como el respeto a los resultados que emanen de la voluntad colectiva expresada en cada proceso. La observación internacional forma parte de estos esquemas.
Dentro de los aspectos que garantizan el respeto a los resultados se encuentran: la efectividad del sistema electoral, las auditorías, la inviolabilidad de la identidad de cada elector o electora y además la observación internacional como parte de la participación de actores externos a los implicados en la contienda.
¿Cómo surge este mecanismo?
En 1857 se realizó un primer ejercicio de observación internacional a un proceso electoral en Moldavia y Wallachia. La comisión participante estuvo integrada por Austria, Francia, Inglaterra, Prusia, Rusia y Turquía.
Después de la primera guerra mundial, se instauró como mecanismo dentro de la comunidad internacional; a partir de acuerdos previstos en los tratados de Versalles y Saint Germain.
En este sentido, la observación internacional actúa bajo la Declaración de Principios para la Observación Internacional de Elecciones y Código de Conducta para Observadores Internacionales aprobados el 27 de Octubre de 2005 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y 45 ONG del mundo.
El mecanismo de la observación internacional se fomenta con la finalidad de generar confianza acerca del sistema electoral, por tanto su participación debe estar sustentada en el ejercicio ético dentro del país en el cual ejercerán su labor. Además, incluye un intercambio de experiencias que pueden aportar al avance de otros procesos electorales.
¿Cómo es el proceso para concretar la participación de una misión de observación internacional?
En primer lugar, deben ser convocados por el poder electoral del país donde se realizará el proceso. Por otra parte, la misión debe participar de los distintos momentos del proceso electoral: preparación, simulacros, votación, conteo de votos y auditorías.
Asimismo, esta misión debe ser acreditada para poder transitar por los distintos espacios involucrados en el ejercicio electoral. Además deben llegar al país en un período prudencial previo que permita su participación en las distintas fases. Igualmente, deben emitir un informe sobre el análisis de lo observado.
Sin embargo, cada misión debe cumplir con unas normas esenciales en cada país. En primer lugar, respetar la soberanía nacional, el marco Constitucional y las reglas establecidas en su marco jurídico.
De igual manera, no deben interferir directamente en el proceso; de allí que su trabajo es de observación. Este aspecto ha quedado claramente estipulado en la legislación venezolana.
¿Observación sólo para algunos países?
Los mecanismos de observación internacional han sido cuestionados por su carácter elitista al imponerse sólo a algunos países; con la finalidad de establecer un control desde los sistemas internacionales a la política interna de los mismos.
En tal sentido, organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA), han cumplido históricamente un triste papel de subordinación a los EE.UU. en cuanto a su política regional.
De esta manera, ha buscado legitimar gobiernos aliados a su doctrina y deslegitimar la voluntad de la ciudadanía cuando se trata de la aprobación de gobiernos con políticas de soberanía e independencia nacional.
Uno de los casos más recientes fue el de Bolivia, con la intromisión de la OEA para legitimar la imposición de Jeanine Añez como “presidenta interina” a través de un golpe de Estado que provocó el desconocimiento de la victoria de Evo Morales en las elecciones presidenciales del 2019 y la posterior represión contra el pueblo boliviano.
A continuación se presenta un cuadro comparativo de los países que aceptan la observación internacional como mecanismo:
Participación de observadores internacionales en las elecciones parlamentarias
Las elecciones parlamentarias a realizarse en Venezuela el próximo 6 de diciembre contarán con la participación de más de 300 observadores internacionales de Europa, África, Asia, América Latina y El Caribe y Estados Unidos, quienes forman parte de institutos de desarrollo de técnica electoral.
No es la primera vez que Venezuela convoca a organismos internacionales para participar en los procesos electorales. Al contrario, el sistema electoral venezolano ha sido reconocido como uno de los sistemas más eficaces y transparentes del mundo por distintas organizaciones internacionales, una de ellas el Centro Jimmy Carter, que no guarda ningún tipo de afiliación con la Revolución Bolivariana.
«Venezuela tiene la costumbre de convocar a todos los organismos internacionales, grupos internacionales, líderes internacionales para que vengan a acompañarnos y a observar nuestras elecciones, es una decisión voluntaria, soberana y ahí las reglas de juego. Vienen a observar, a acompañarnos, no vienen a intervenir», destacó recientemente el presidente Nicolás Maduro.
Es importante cuestionar y continuar con el desarrollo de una visión crítica que permita a los países emergentes diseñar modelos electorales para el desenvolvimiento de la soberanía nacional; que respondan a parámetros de nuevo tipo en los que el respeto a un mundo multipolar se refleje como principio.
No se puede continuar con la imposición de modelos anacrónicos en el sistema internacional que garantizan la dominación perpetua de países que mantienen una política de dominación y sostenimiento de un mundo unipolar que ha llevado a la humanidad a la miseria como consecuencia de modelos decadentes y excluyentes.
