El pueblo venezolano abre el 2021 con un premio a la resistencia. Luego de soportar los embates de la perversa aventura de Juan Guaidó, finalmente le ha llegado su 1/4 de hora al títere de Washington. Al perder su investidura como diputado, ha quedado desnudo. Ahora no pasa de ser un cadáver insepulto de la política internacional, que a todo el mundo incomoda. El monigote de EE.UU. recibió un jaque mate con la instalación de la nueva Asamblea Nacional.
La soberbia ilimitada de quien se proyectaba ante el país como un intocable, ha dado paso a un sujeto de bajo perfil. Quedan al descubierto sus marcadas limitaciones, tanto políticas como intelectuales. Y la jauría de la prensa internacional, que ya olfateó la peste de un cuerpo en descomposición, se le lanza encima poniendo al descubierto todas sus tretas y artimañas.
Le sacaron la silla
En paralelo, la Unión Europea (UE) desoyó las súplicas del prófugo Leopoldo López, cómodamente instalado en el barrio más lujoso de Madrid. Para la diplomacia del viejo continente, el clamor de López era inviable. Así recuperó algo de la extraviada sindéresis y, tal como lo anunció Redradiove el pasado 23 de diciembre, le retiró el apoyo a Guaidó.
El payaso ahora está sin circo. Al perder la investidura como diputado, pierde toda mínima lógica el despropósito del interinato. Situación que sabiamente había alertado a fines del año pasado el expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Claro, una derrota tan colosal debían adornarla de algún modo. El alto representante para La UE, Josep Borrell, sostiene en un comunicado que sólo reconocen como la última Asamblea Nacional «democrática», la que se eligió en 2015. Sin embargo, Borrell tiene que tragar arena y admitir con todas las letras que hubo un jaque mate: «La Unión Europea evita apoyar la extensión del mandato de Guaidó como presidente de la Cámara y por lo tanto como presidente encargado«.
El descalabro de Guaidó, incluidas las denuncias de corrupción de The Washington Post; el retiro del apoyo de la UE, así como la histórica instalación formal de la Asamblea Nacional, hecho que se concretó el pasado 5 de enero de 2021, contrastan con la demagogia de este patético personaje, que hace tan sólo algunos meses seguía en una tónica amenazante.
Fanfarrón de pacotilla
En entrevista concedida para un francotirador de la información como el veterano periodista venezolano, Nelson Bocaranda, Guaidó fanfarroneaba. Aseguraba que el 6 de enero de 2021 estaría en Miraflores. Hoy queda absolutamente claro que este nefasto personaje tiene un pie en la cárcel y otro en el exterior. En próximos días conoceremos el desenlace de esta trsite historia. Por lo pronto ya está desactivado. No puede seguir robando a manos llenas el acervo patrimonial de la nación. Tampoco podrá seguir matando, por falta de comida y alimentos, a decenas de miles de venezolanos.
Entretanto el Grupo de Lima no halla qué hacer. Esperan los cachorritos en la alfombra de la Casa Blanca, que les bajen una «línea», que no termina de llegar. Esto porque, el fanfarrón mayor, Donald Trump, también va de salida. Sobre esta situación se pronunció el canciller venezolano, Jorge Arreaza.
El grupete caduco aprendió mucho de su Jefe en la Casa Blanca. Se parecen tanto que, aunque ya no existen y aunque su estrategia de agresión fue pulverizada por el pueblo venezolano, al igual que Trump se niegan a aceptar su derrota y se aferran torpemente a la nada. https://t.co/Nd5pkCPEqf
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) January 6, 2021
La instalación de la flamante y renovada Asamblea Nacional marca un rumbo claro hacia la recuperación económica. Y la reconciliación «sin amnesia», como ha dicho el nuevo presidente del parlamento, Jorge Rodríguez. Este capítulo tiene que servir de precedente, para que nunca más se vuelva a utilizar la institucionalidad del Estado, para apuñalar a la patria por la espalda. Guaidó por fin llegó tu 1/4 de hora. Jaque mate a la ignominia.