El “embajador” de Juan Guaidó en EE.UU., Carlos Vecchio celebró en Twitter que la USAID y el Banco Interamericano de Desarrollo aprobaron 2 millones de dólares para atender la situación de los migrantes venezolanos en ese país.
De acuerdo al cuestionado emisario del exdiputado, esta cantidad serviría “para ayudar a los venezolanos y las comunidades que los reciben, con inclusión e igualdad de género y oportunidades de emprendimiento, empleo y educación”.
Lo llamativo del monto es que parece muy poco para tanto entusiasmo, y bastante modesto para un problema según demasiado grande y dramático que vive la migración venezolana.
Al mismo tiempo el anuncio revela 2 hipótesis: los migrantes no son tantos para invertir mucho en ellos; o los que se suponen que deben ayudarles son muy tacaños.
Sin mencionar estas suspicacias, el Viceministro de Relaciones Exteriores para América Latina, Rander Peña le respondió a Vecchio midiendo la real magnitud de la “filantropía” estadounidense y del sobreactuado entusiasmo opositor.
Peña le escribió al emisario de Guaidó que «ustedes le han robado y/o bloqueado +120.000 millones de USD al país; estos 2 millones de dólares representan el 0.0016% de lo que ustedes nos han quitado».
Al mismo tiempo el diplomático le remarcó que: “Los venezolanos NO necesitamos migajas, sino que levanten las criminales medidas coercitivas”; y remató su mensaje diciéndole: “¡Son unos descarados!”.
La crueldad de las «sanciones»
La estrategia de “sanciones” de EE.UU. contra de Venezuela ha sido calificada de operación de violación general y sistemática de los derechos humanos. de los habitantes de la nación suramericana.
Con esta política que inició Obama, agudizada por Trump y continuada por Biden, el país enfrenta serios desafíos en su economía. Esto impide el normal acceso a medicamentos, medicinas e insumos para la refinación del combustible.
El embajador venezolano Samuel Moncada ha ilustrado la obsesión de Washington contra Venezuela como una operación de crueldad calculada.