Al menos 60 países considerados como de ingresos altos, se han sumado a la iniciativa de “acceso global a la vacuna contra la covid-19” promovida por la Organización Mundial para la Salud.
Este mecanismo procura garantizar la disponibilidad del antídoto para los países más pobres y que no tienen la capacidad ni recursos para producir sus propios medicamentos.
Al mismo tiempo este proyecto al que ya están suscrito 150 países busca evitar el denominado “nacionalismo de las vacunas”, que consiste en que los países productores del antídoto solo se reserven el fármaco para la inmunización de su población.
La mejor inversión
Sobre la preocupación de las afectaciones causadas por la pandemia a la economía, el director de la OMS, Tedros Adhanom expresó que prácticamente garantizar la vacuna a la mayor parte de la población mundial “es la mejor inversión”.
Si bien no lo dijo así, lo que sí expresó el jefe de la OMS es que “la manera más rápida de poner fin a esta pandemia y reactivar las economías es comenzar por proteger a las poblaciones más expuestas en todas partes del mundo; y no a poblaciones enteras en unos pocos países”.
Sin embargo, lo que sí precisó el organismo es que no será sino hasta finales del 2022 que el mundo podrá disponer de la cantidad suficiente de vacunas para poder empezar la inmunización.
Salvarse entre todos
De acuerdo a los cálculos de la OMS, se necesitan al menos 2 mil millones de dosis; pero estas podrán estar disponibles para finales del año 2021.
Pero para conseguir todo este despliegue, se necesita más que números en una libreta y buena voluntad, pues para concretar esta misión de acceso global a la vacuna contra la covid-19, se necesitarían al menos 38 mil millones de dólares.
De esa cantidad apenas el organismo confirmó que tiene 3 mil millones, un monto que ni siquiera es el 1% de lo estimado, por lo que Adhanom advirtió que “las contribuciones no son caridad sino del interés de todos los países”.
