La disputa entre la Unión Europea y la farmacéutica AstraZeneca por el suministro de las vacunas anticovid ha tomado el cariz popular de sacarse los trapitos al sol.
La muy enseñoreada Europa, con sus poses de diplomática y bien portada, está revelando que cuando se enoja, puede comportarse como una sencilla plebeya desairada.
Las autoridades del bloque divulgaron parcialmente el acuerdo firmado con la compañía para la compra del antídoto contra la pandemia.
En este archivo plagado de tachaduras deliberadas, destaca que la empresa efectivamente se comprometía a usar su fábrica en el Reino Unido en caso de que hubiese fallas en la producción que le impidieran cumplir con las entregas a la eurozona.
Antes de la divulgación, AstraZeneca negaba tal compromiso, pero la UE se lo ha recordado sin poses de delicadeza.
Lo revelado
En una enrevesada cláusula que parece escrita con la intención de enredar con hilos invisibles, el contrato dice: “AstraZeneca hará sus mejores esfuerzos razonables para producir la vacuna en los sitios de fabricación ubicados dentro de la UE (que únicamente a los efectos de esta sección 5.4 incluirá al Reino Unido), y podrá producirá fuera de la UE [definida como UE y Reino Unido en este epígrafe], si fuese necesario, para acelerar el suministro de vacunas en Europa”.
Lo que sí parece cierto en la versión de la compañía antes de la divulgación del contrato es el enunciado del comienzo; de que la empresa “hará sus mejores esfuerzos razonables para producir la vacuna”; pero acto seguido se incluye al Reino Unido en la eurozona, aun cuando ese país dejó de estarlo este 1 de enero.
Los detalles omitidos por los europeos en esta rutina de “sacar los trapitos al sol” es que tacharon lo relativo al suministro de vacunas pactado mensualmente, los costos y el periodo acordado.
Este desencuentro entre la Unión Europea y AstraZeneca parece el desenlace impensado de una relación privilegiada hace unos meses.
El desarrollo de la vacuna junto a la Universidad de Oxford lucía como la mejor apuesta del bloque y el mundo occidental. Ahora los socios están involucrados en una pelea en donde la confianza está pinchada.
