El año 2020 puso a prueba la solidez de la unión cívico-militar en Venezuela. Este concepto, que a veces parecía el enunciado utópico de una consigna, alcanzó varias veces una dimensión concreta en su capacidad de desactivar diversas y simultáneas operaciones para subvertir la paz del país.
El presidente Nicolás Maduro, en entrevista con el periodista Ignacio Ramonet, mencionó el desmantelamiento de la operación mercenaria Gedeón. Esta pretendió ejecutarse el 3 de mayo del pasado año, pero su tentativa fracasó apenas intentó penetrar en el país.
Aquella vez los organismos de seguridad y la inteligencia popular dieron captura a los mercenarios, quienes no contaron con el factor de la alerta de la gente sencilla involucrada también con la seguridad de la nación.
Este último aspecto, el mandatario lo caracterizó como “conciencia”, un elemento potente que inspira al pueblo y las FANB en unión cívico-militar.
Operación «Boicot a la Asamblea»
También destacó el mandatario que Venezuela ha conseguido por este medio impedir otras operaciones, como las más reciente urdida desde Colombia, y que tenía entre sus tareas destruir la sede de la Asamblea Nacional e impedir su instalación el 5 de enero.
El jefe de estado venezolano detalló que esta operación tuvo una reunión el pasado 21 de diciembre en Rioacha, en el Atlántico colombiano. Ahí 3 funcionarios de la inteligencia neogranadina, y presuntamente vinculados a Uribe, trazaron un ataque fulminante a la infraestructura hidroeléctrica del país.
Sobre este triunfo sobre la conspiración, Maduro dijo: “El gobierno colombiano ha guardado silencio porque le descubrimos el plan que tenían en contra de nosotros en estos días”.
Al mismo tiempo mencionó que “EE.UU. se ha propuesto destruir a nuestra revolución, la constitución y nuestras instituciones”.
Maduro reveló que el todavía presidente Donald Trump “ordenó varias veces el asesinato mío. Él le agarró el gusto a la sangre”, agregando que para estas misiones “Coordinó varias veces con Iván Duque para asesinarme”.
