Una triste y dolorosa noticia enlutó el mundo de la política y el periodismo venezolano. La partida de José Vicente Rangel dejó un hondo vacío. Sin embargo, su legado político y periodístico permitirá llenar páginas y páginas de dignidad, sagacidad y arrojo, así como pulcritud ética y profesional.
Fue José Vicente Rangel un baluarte indiscutible de la política y el periodismo venezolano. En los años 60 y 70, cuando ser de izquierda podía costar la vida, el encierro o la desaparición física, Rangel se echó al hombro la causa de los miles de desaparecidos de la IV República, con una obra de infaltable lectura: Expediente negro.
Más tarde, en la década de los 90 su programa televisivo José Vicente Hoy fue la tribuna obligada, para la denuncia contra el decadente régimen cuartorepublicano. Su sección Cicerón marcó pauta de investigación y tubazos. Como político fue un hombre siempre coherente entre su praxis y sus ideas. En los años de la conspiración de los militares felones de Plaza Altamira, su sapiencia fue crucial. Contó el Comandante Chávez que fue Rangel quien le dio un consejo de oro: «hay que dejarlos que se cocinen en su propia salsa». Y así fue, esa felonía se desactivó por desgaste. Rangel fue un decano del periodismo y un gran maestro estratega. Se marchó pero queda su vasto legado.
Una obra que continúa
Por un lado cambia de paisaje José Vicente Rangel, y por otro, esta semana se conoció una noticia que seguramente le habría llenado de mucha alegría. El primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y diputado electo, Diosdado Cabello, anunció que pronto la Universidad Internacional de las Comunicaciones (UICOM) tendrá sede propia.
Esta audaz iniciativa, nacida al calor del debate en los foros mundiales de las organizaciones progresistas y populares, cumplió un año de intensa actividad. Como explica la dirigente y diputada electa Tania Díaz, a pesar de la pandemia, en 2020 se tuvo registro de 583 conexiones internacionales, desde diversos países de Asia, África, Europa, Centro, Norte y Suramérica. Y ya la casa de estudios tiene registrados 31.684 estudiantes de diversas latitudes.
Seguir echando las bases de una comunicación alternativa, que ponga el acento en la investigación acuciosa, el análisis y la reflexión permanente, es un trabajo impostergable e imprescindible. Consolidar este proyecto es fundamental para el éxito en el combate de las ideas. Pero es también una excelente manera de honrar y mantener vivo el legado enorme de un periodista insigne como José Vicente Rangel.
Contra la infamia
La necesidad urgente de impulsar iniciativas como la UICOM se verifica todos los días. Por un lado desde Colombia se presenta al prófugo terrorista, Leopoldo López, como defensor de los derechos humanos. Y por otro se politiza un hecho profundamente lamentable, como la muerte de más de 20 venezolanos en una embarcación de dudosa procedencia que naufragó en la ruta marítima hacia Trinidad y Tobago.
El fenómeno de la cruenta guerra comunicacional contra Venezuela no es nuevo para nada. Desde el comienzo de este proceso de transformación social, hace 20 años, un conglomerado de medios privados, nacionales e internacionales, se han dado a la tarea de mentir sistemáticamente contra el país.
Este fenómeno se ha visto potenciado significativamente con el surgimiento de las redes sociales. Como explica el experto, Ignacio Ramonet, las informaciones falsas se propagan 10 veces más rápido que las verdaderas. El país ha dado grandes pasos en la titánica lucha de crear conciencia popular. No obstante, experiencias como la UICOM están llamadas a jugar un rol protagónico en el desmontaje de la infamia comunicacional.
