El siempre polémico, Henry Ramos Allup, al parecer recuperó algo de su curtido olfato político. Luego del autogol de una estrategia abstencionista impuesta desde Washington en las parlamentarias. El otrora hombre fuerte de Acción Democrática (AD) «bota tierrita y no juega más«. Sí, el veterano de la política le termina de sacar el cuerpo al desprestigiado Juan Guaidó. Y ahora sí ve con buenos ojos que la oposición participe en próximas elecciones, específicamente las regionales previstas según el calendario electoral venezolano para fines de este 2021.
“Los procesos sociopolíticos no son lineales. Si nos conviene participar, participaremos. Y si no nos conviene, no participaremos. Tenemos que lograr condiciones electorales para participar en las regionales. El derecho a aspirar no se le puede discutir a nadie”, manifestó Ramos Allup en entrevista para un medio abiertamente opositor.
Esta nueva postura representa un giro de 360 grados en un personaje que hace tan sólo semanas desdecía de la vía electoral. Ramos Allup integró la comparsa del G4-RP que tanto saboteó la institucionalidad del voto. También fue el primer presidente de la extinta Asamblea Nacional en desacato que en 2015 se puso un plazo de 6 meses para defenestrar al presidente constitucional, Nicolás Maduro, del poder.
Pliego petitorio
Pero para no darlo todo por perdido, Ramos Allup trata de preservar algo de decoro, realizando algunas «exigencias». Quizás para que no se vea tan acomodaticio esta diametral modificación de criterios.
En la lista de peticiones destaca según la prensa, lo siguiente: el nombramiento de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y la devolución de las tarjetas judicializadas a los partidos. Igualmente, la habilitación de los dirigentes, el regreso de los «exiliados» y la liberación de los presos políticos.
Todo indica que no son más que ardides de la política, para hacer más presentable su camaleónico cambio. En realidad, Ramos Allup y la facción de AD que controlaba siempre habían sido dados a la participación comicial. Pero obviamente al ceder su autonomía de decisión a Washington, terminaron a fines de 2020 autoinfligiéndose un nuevo harakiri político, sin ningún honor.