Venezuela ratificó que no aprobará el uso de emergencia de la vacuna anticovid de AstraZeneca. La decisión no sería un capricho sino el resultado de la verificación científica de que el fármaco no es del todo seguro.
La medida no es la reacción exclusiva de Caracas, ya que antes varios países de Europa suspendieron su aplicación. La reacción adversa en algunos pacientes provocó esta precaución que todavía divide la opinión de algunas entidades nacionales de salud con organismos como la OMS que defiende al medicamento.
Científicos en Noruega encontraron indicios de que la vacuna de AstraZeneca provocó coágulos de sangre en 3 pacientes a los que se les administró la dosis, y uno de ellos falleció.
El estudio hecho por el país escandinavo reveló que “La formación de coágulos en esos pacientes fue provocada por una fuerte respuesta inmune muy específica probablemente causada como resultado de la vacuna de AstraZeneca”.
Adicional a este cuadro de reacciones adversas detectadas en Noruega, se añaden los casos de hemorragia cutánea en pacientes relativamente jóvenes
Pero esta saga de “accidentes” en la inmunización con este fármaco no es una novedad. Durante el desarrollo de los ensayos clínicos, al menos estos se suspendieron 2 veces por la detección de reacciones adversas como la mielitis transversa.
En ambas ocasiones se retomó el estudio porque no encontraron confirmación científica de que esta enfermedad haya sido el resultado de la vacuna.
Hasta el 16 de marzo, al menos 16 países del viejo continente suspendieron la inmunización con el preparado de AstraZeneca: Dinamarca, Islandia, Noruega, Bulgaria; Irlanda, Países Bajos, Alemania, Francia, Italia, España, Portugal, Eslovenia, Letonia, Lituania, Chipre y Suecia.
Manipulación política
En el caso venezolano, la precaución de no aprobar la vacuna anticovid de AstraZeneca se ha convertido en una nueva razón para que la oposición radical atice sus contradicciones con el gobierno.
Los políticos opositores, desestimando la verificación científica y la decisión de otros países, en los cuales se incluyen los de la lista que dicen reconocer “al gobierno interino”; presionan desde la redes para que el presidente Maduro deje ingresar una vacuna sobre las que casi todos sospechan.
Desde el terreno de las omisiones, las verdades a medias y la manipulación interesada, exigen para Venezuela un remedio peligroso con consecuencias adversas probadas; mientras que desde el prejuicio geopolítico, desestiman la vacuna rusa, de la cual hasta ahora no se ha registrado una consecuencia fatal.
Al mismo tiempo, desde la oposición reprochan a Venezuela por no comprar la vacuna; sin contar que sus políticos han promovido una saga de sanciones que impiden al país acceder a los antídotos más seguros.
