Este martes, entró a España una oleada migratoria de más 6 mil personas provenientes de Marruecos. De acuerdo a los medios internacionales, se trataría de un ingreso sin precedentes en un solo día.
El epicentro de este evento inédito es el enclave español en el norte de África que se llama Ceuta y que hace frontera con el Reino de Marruecos.
Esta avalancha humana ingresó nadando después de saltar un segmento de la valla fronteriza que habitualmente está resguardada por policías marroquíes.
¿Pero cómo entraron 6 mil migrantes sin que nadie lo advirtiera? Pues parece que no todo es producto de una causalidad espectacular, sino un mensaje no escrito de una represalia diplomática.
Los refugiados no burlaron la vigilancia, sino que aprovecharon que no había seguridad en la frontera, aprovechando una oportunidad excepcional que pocos querían desperdiciar.
Un acto deliberado
Los medios europeos que siguen la información sugieren que la ausencia de vigilancia marroquí en su lado fronterizo fue una medida deliberada en rechazo a Madrid por supuestamente haber dejado entrar a su país al líder del Frente Polisario del Sahara Occidental, Brahim Ghali.
Esta organización es una instancia de resistencia a la ocupación marroquí desde 1976, cuando España abandonó el control colonial de esa zona de África.
Del lado español atajan el evento como un extraordinario episodio dentro de la rutina de recibir migración en esa zona.
Omisiones y advertencias
El Ministro de Interior ibérico, Fernando Grande-Marlaska aseguró que más de 2 mil de estos migrantes ya han sido repatriados, y no comentó si detrás de todo hay algún reproche diplomático que usó deliberadamente a los migrantes.
Por su parte Pedro Sánchez suspendió un viaje que tenía programado a París para viajar hasta Ceuta. Ha dicho que esta zona de España en África es la frontera sur de Europa, por lo que el ingreso de los 6 mil migrantes no es solo una crisis para su país, sino para todo el bloque.
Mientras tanto del lado marroquí han dejado un mensaje a Madrid: “Hay actos que tienen consecuencias y se tienen que asumir”.
