Nuestra victoria con los hermanos iraníes | Por: Mario Silva

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Como buen pueblo caribe, nuestro comportamiento suele ser en extremo emocional. Ante una victoria, brincamos, aplaudimos, nos emocionamos hasta las lágrimas y, no es menos cierto, concluímos en ese momento de alegría extrema, que ahora sí, hemos alcanzado la victoria. Sin embargo, en éste país de tantos matices -sobre todo desde que llegó el Comandante Chávez al poder (sin contar los eventos que han ocurrido desde 1989 hasta 1998)-, pareciera que la vorágine de información diaria tuviera el poder de asombrarnos y alegrarnos como cuando llegó Chávez a juramentarse en 1998; entristecernos en 2002; mantenernos en vilo con el paro petrolero; indignarnos con las guarimbas; morir de angustia y orfandad ante la enfermedad y muerte del Comandante; arrecharnos con el decreto Obama y la llegada a la presidencia de EE.UU. de un hijo de la gran puta como Donald Trump y, sobre todo, sobrevivir acompañando al hermano Nicolás desde que asumió la responsabilidad de mantener a punta de coñazos el Legado de Chávez… esto último con el aderezo de las traiciones rojas-rojitas que nos mostraron cuán débiles eran algunos figurines que se aprovecharon de la magnanimidad de Hugo Chávez, horadando a la Revolución, mintiendo y amoldándola a sus intereses. Hoy están ingresando sin pena ni gloria (con muchos millones de dólares), al basurero de la historia.

Se cuenta rápido, pero estas victorias nos hablan más de un Pueblo resiliente, jodidamente revolucionario y atrincherado en la esperanza y el amor que le inyectó en las venas y en las vísceras nuestro Comandante Chávez… sin ese Pueblo, no seríamos más que polvo en la historia.

Yo, que siempre he pensado que nunca podría ver al tigre de papel caer, HOY tengo la certeza de verlo retroceder más temprano que tarde. El covid-19 está acelerando ese retroceso a grandes pasos. El imperio que tiene a ese cabrón llamado Donald Trump a la cabeza, no da pie con bola, cometiendo errores impensables e inexplicables al Think Tank, como si un carajito que jugaba con un camión Tonka indestructible, ahora tuviera el armario repleto de juguetes bélicos que no le sirven pa’ un carajo; con bases militares rodeando el mundo, mientras Rusia no necesita bases para llegarles con misil justo y preciso en la Casa Blanca; con una economía neoliberal depredadora y grotesca que le va a pasar factura, mientras China emerge como nueva alternativa en un mundo cada vez más multipolar, con un capitalismo llamándose a revisión, porque necesita mutar, conceder, para poder sobrevivir ante las rebeliones soberanas de cada pueblo que se van multiplicando enfrentando a las poderosas transnacionales… y todo esto lo vaticino CHÁVEZ.

Irán, los hermanos iraníes, han demostrado que sí se puede enfrentar al monstruo y que ese monstruo está lleno de miedo, porque no sabe qué hacer con estos queridos puercoespines que calladitos le hemos plantado cara al matón del barrio.

El escenario post-pandemia luce muy interesante. Con toda la crisis económica que se nos avecina y que apenas estamos viendo, luce muy interesante. Y sólo nuestra resistencia, la resistencia que nos ayudaron los gringos a despertar, será el motor principal de las verdaderas victorias, las victorias que harán retroceder a la lógica gringa. Esas, por primera vez, las veo cerca. Como dijo el Comandante Ernesto Che Guevara: La humanidad ha dicho basta y ha echado a andar.

Un abrazo a todos. Eso es lo que significa la entrada de esos tanqueros de los hermanos iraníes a nuestra Patria.

¡Salam Aleikum!

¡Viva Chávez, carajo!

Mario Silva

@laHojillaenTV

 


 

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