Venezuela cumplió la meta de construir 400 mil viviendas en 2020. El objetivo es 100 mil menos que los años anteriores, porque esta vez no se trató de un año cualquiera.
El presidente Nicolás Maduro reconoció que una vez comenzó la cuarentena, una de sus mayores preocupaciones fue “¿Qué iba a pasar con la Gran Misión Vivienda Venezuela?”.
Ante la suma de varias dificultades como la pandemia, la guerra económica, el boicot al petróleo venezolano y el robo de activos nacionales en el extranjero, el mandatario sinceró la meta, pero no detuvo el desarrollo del programa social que hasta ahora ha entregado 3 millones 400 mil casas en 10 años.
El presidente reflexionó que las circunstancias difíciles le enseñó al Estado a hacer mucho con pocos recursos.
La determinación por sostener el ritmo de una de las misiones más exitosas de Venezuela es comparable al objetivo de seguir protegiendo los derechos sociales del pueblo.
“Estamos defendiendo el estado de bienestar social vulnerado por la guerra económica”, dijo el mandatario desde el Palacio de Miraflores.
Lo bueno de lo malo
Pero el presidente no solo se detuvo en contextualizar un año difícil, y poner de relieve el asedio permanente contra el país para justificar un retroceso en los objetivos anuales, también expuso que encima de todos los desafíos “Venezuela tiene un ritmo de récord mundial en construcción de viviendas”.
Mencionó que en promedio el país construyó en 2020 al menos 1.095 viviendas por día, una estadística que difícilmente pudiera mencionar otro país en la actualidad.
“¿Díganme el país que construye más viviendas que Venezuela?” se preguntó el presidente.
Cumplida la meta de las 400 mil viviendas este año, el mandatario anunció que en 2021 se retomará el objetivo del medio millón de hogares, lo que arrimaría el saldo global de la misión a casi 4 millones de viviendas en una década.