El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, se pronunció en contra de la causa judicial en Bolivia que se sigue a los golpistas de noviembre de 2019.
El funcionario sugiere que el proceso es una persecución política; y omite mencionar que los imputados fueron los protagonistas inequívocos del régimen de facto entre 2019 y 2020.
Almagro niega el Golpe de Estado, llama a la dictadura “gobierno interino”, y despacha la causa judicial como persecución.
El expresidente Evo Morales rechazó la posición de Almagro, cuyo organismo fue partícipe de la crisis que desestabilizó al país.
Morales escribió en su Twitter que: “Las declaraciones de Almagro son un nuevo atentado a la democracia: niegan la autoproclamación de Áñez, las masacres, las 1.500 detenciones ilegales, persecuciones y corrupción en pandemia, que es delito de lesa humanidad. No se puede ignorar la lucha del pueblo humilde”.
Como si no hubiese pasado nada
El Secretario General de la OEA, en un comunicado, expresa que no confía en la justicia boliviana. Dijo que este poder está cooptado por el partido MAS y sugiere un “juicio imparcial” que juzgue “las denuncias de eventuales crímenes de lesa humanidad”.
El documento de la OEA es una oda a la omisión, los eufemismos complacientes y las acusaciones a destiempo; y denuncia al gobierno de Arce de los delitos que cometió el de Áñez.
La Organización de Estados Americanos creo las condiciones del golpe de estado en contra de Evo Morales cuando su misión técnica electoral declaró que había sucedido fraude en el proceso.
El informe del organismo provocó manifestaciones violentas de la derecha, acoso a dirigentes progresistas y persecución para instigar la renuncia de funcionarios a cambio del respeto a sus vidas y la de sus familiares.
El régimen de facto desplegó represión en contra del pueblo, ordenó varias masacres, perpetró detenciones violentas y censuró a medios de comunicación. Al mismo tiempo persiguió a periodistas extranjeros y desprotegió misiones diplomáticas hostigadas por grupos extremistas.