Excombatientes desmovilizados de las FARC-EP en Colombia denuncian que los están matando. La violencia de los últimos días contra los exguerrilleros los ha obligado a salir de las zonas de reincorporación. Estos espacios son campamentos en el que los excombatientes se capacitan en actividades productivas que faciliten su reinserción social.
Este miércoles los exguerrilleros comenzaron a abandonar la zona de reinserción en la comunidad de Santa Lucía, a 195 kilómetros de Medellín, para asentarse en el municipio de Mutatá.
Ellos denuncian que los están matando y que hasta ahora ya van 218 excombatientes asesinados desde que dejaron las armas en 2016.
Este desplazamiento forzado entre municipios del Departamento de Antioquia lo completan unos 93 exguerrilleros con sus familias.
El ahora partido FARC denuncia que el estado colombiano sigue sin ofrecer garantías efectivas a los desmovilizados, quienes siguen siendo objeto de amenazas a sus vidas.
El último caído
El caso más reciente de violencia contra los exguerrilleros de las FARC desmovilizados pasó este lunes. Se trató del asesinato de José Antonio Rivera, de 53 años cuando estaba en un taller mecánico de la localidad de Pitalito, en el Departamento del Huila.
A Rivera lo mataron de cuatro disparos y es la víctima 218 desde 2016 cuando se firmaron los acuerdos de Paz. Y el sábado asesinaron a Fredy Fajardo Ávila en el Departamento del Meta.
El Partido FARC señala al Presidente Iván Duque de ser responsable por omisión del proceso de exterminio al que son sometidos los exguerrilleros.
A la violencia contra los insurgentes, los organismos de DDHH también ponen de relieve el drama del asesinato de líderes sociales.
