El especulador cambiario se soltó el moño. En tan sólo tres semanas el tipo de cambio ilegal, pegó un salto espectacular desde los Bs. 500 mil a más de Bs. 800 mil. Un comportamiento inverosímil, sólo atribuible a un elemento netamente político, como son las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2020. La propia guarimba cambiaria.
Es una vieja maña de ciertos actores de peso en el ámbito económico, puesto que con esa variaciones especulativas, impactan negativamente en los salarios, ya bastante aporreados por el bloqueo criminal. Y, además, atizan nuevamente la hoguera de la hiperinflación. La finalidad última, aparte de obtener ganancias contables fantásticas, es crear zozobra y de paso endilgarle la responsabilidad al gobierno.
Así, como se dice popularmente, con la guarimba cambiaria tratan de matar dos pájaros de un tiro: 1) afectar las variables macroeconómicas e impedir la consecución de equilibrios; y 2) desalentar a la gente que desea votar masivamente en los comicios parlamentarios. El mismo chantaje de quienes no terminan de entender que este pueblo no acepta que le lleven nariceado a ninguna parte.
El abandonado
Donald Trump comienza a morder el polvo de la derrota. Aunque aún no lo admita abiertamente, el pelucón del Norte comienza a darse cuenta de que le rebajaron el copete a voto limpio.
Los días pasan y en la mejor “democracia del mundo” siguen contando votico por votico. Más de 17 días no han sido suficientes para proclamar un ganador irrefutable, pero todo indica que la salida de Trump es irreversible.
Los primeros en abandonar el barco naufragante del trumpismo fueron sus Frankenstein políticos venezolanos. Leopoldo “terrorista” López y Juan “Bobolongo” Guaidó. Ambos salieron prestos a felicitar a Joe Biden, cuando el cadáver político de su creador aún estaba fresco. Como dicen por ahí: así paga el Diablo.
Bloqueo criminal
Mientras más se conoce información estadística acerca de los impactos del bloqueo norteamericano impuesto a Venezuela, más se constata que la perversa operación constituye un crimen de lesa humanidad.
Más de 40 mil fallecidos y pérdidas económicas para la patria de entre 150 mil y 200 mil millones de dólares, son los “logros” de Guaidó y su derrotado papá político (Trump). Este descalabro económico, ha limitado la capacidad del Estado para llevar adelante las políticas inclusivas.
Por culpa del bloqueo ha habido una reducción de 39% en la cantidad de kilocalorías disponibles. Y la disponibilidad de proteínas bajó casi a la mitad en el mismo período. Para castigar este sórdido crimen, así como al guarimbero cambiario, nuestra mejor arma será el voto. La cita está cerca. El 6 de diciembre, será nuestro desquite.
