En plena revolución tecnológica de la información, el país que se supone con el liderazgo mundial en lo militar y político, se muestra incapaz de ofrecer resultados electorales transparentes y oportunos. Los comicios presidenciales de la nación norteamericana se llevaron a cabo el pasado martes 03 de noviembre. Pero todo parece indicar que no habrá un ganador proclamado, al menos hasta bien entrada la próxima semana. Toda una cómica.
Donald Trump, se apresuró a cantar fraude, al mejor estilo de sus hijos políticos bastardos en Venezuela (G-4RP). Mientras que Joe Biden, el candidato demócrata, sostiene que ha sido él el ganador. En el interín, llueven las denuncias judiciales de presuntas irregularidades electorales. Y las principales cadenas televisivas estadounidenses, en un claro acto de insubordinación, interrumpen una alocución de Trump. Imposible no recordar el blackout informativo de abril de 2002. Aunque, obviamente cambian radicalmente tanto los agraviados, como los intereses en juego.
Con cada día de retraso en la divulgación de resultados definitivos y oficiales, se acrecienta el fantasma de la guerra civil. Aún es una incógnita si Trump estará dispuesto a entregar. Y la efervescencia de un país polarizado y dividido está a flor de piel. Es curioso, por no decir tragicómico, que una nación así, insista en aprobar y reprobar a las demás naciones, en materia de democracia. La cúpula estadounidense se cree «the best of the best», pero con una elección tan cuestionable, están poniendo la cómica del año.
La verdad de Venezuela en la Corte
Y no sólo pretenden dar lecciones de democracia. Los altos jerarcas norteamericanos también coaccionan a altos miembros de la justicia internacional. Es el caso inverosímil de la Fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, «sancionada» en septiembre por osar determinar si los marines cometieron crímenes de lesa humanidad en la sangrienta guerra de afganistán, en 2003.
Ante esa misma CPI, «sancionada» y vilipendiada, acudieron el Fiscal General de la República, Tarek William Saab y el Defensor del Pueblo, Alfredo Ruíz, para exponer la verdad de Venezuela en materia judicial y de respeto a los Derechos Humanos.
La información presentada y consignada tiene que servir para que prive la sindéresis y la sensatez en el seno de la CPI. En Venezuela, todos sabemos que la única violación de Derechos Humanos proviene de un bloqueo asfixiante. El guaidosismo y su Asamblea en desacato han dejado una estela de ruina y muerte, como pocas veces vista en la historia del país.
Arrancó la campaña
Ahora bien, mientras el Tío Sam sigue dando su cómica comicial, en Venezuela el Consejo Nacional Electoral (CNE) avanza con pie firme. Las parlamentarias ya se vislumbran en el horizonte político, como una realidad que permitirá: 1) afianzar el espíritu democrático del pueblo venezolano; y 2) rescatar el poder legislativo de las garras del guaidosismo.
Esta semana arrancó la campaña electoral. Una fiesta democrática de propuestas, ideas y planteamientos, de las más diversas corrientes políticas. Más de 14 mil candidatos inscritos, que representan a más de 100 organizaciones partidistas, inician la batalla en el plano ideológico-político. Será el pueblo quien decida.
En total son 87 circunscripciones electorales, para elegir una cifra de 277 diputados principales. El 6 de diciembre, desde ya se deja ver como una fecha histórica, al alcance de la mano. El pueblo preservará su democracia y rescatará su Poder Legislativo. Qué siga la campaña electoral, que prosiga la fiesta democrática.
