La sospecha de la que “la justicia boliviana” estaba supeditada a la política del gobierno de facto quedó despejada este lunes cuando el tribunal que perseguía a Evo Morales dejó sin efecto la orden de captura en contra del expresidente.
La decisión se produce una semana después del triunfo abrumador del MAS y su candidato presidencial Luis Arce en las elecciones generales del 18 de octubre.
La victoria popular no solo abrió para Bolivia el camino de vuelta a la democracia, sino el fin de la persecución de la dictadura de Áñez contra Morales; quien ahora podrá volver al país sin ninguna deuda pendiente con la justicia.
El Presidente del Tribunal Departamental de Justicia de la Paz, Jorge Quino, fue quien confirmó el cese de la persecución contra Morales; ya que después de las elecciones cayeron en cuenta del error de la Fiscalía en citar a comparecer al expresidente ante las autoridades, obviando deliberadamente que este estaba en Argentina.
Asimismo el tribunal de La Paz admitió el recurso de la defensa de Evo; al considerar que se le estaban vulnerando los derechos fundamentales al exmandatario.
Denunciado por la dictadura
La imputación contra Evo Morales ante la justicia boliviana fue introducida por el Ministro de Gobierno de la dictadura de Áñez, Arturo Murillo; quien pocos días después del Golpe de Estado acusó al exmandatario de sedición y terrorismo.
Según Murillo, el expresidente habría instigado a grupos de sindicatos a bloquear caminos y ciudades para resistir al régimen de facto.
Para esto presentó un supuesto audio en el que supuestamente Evo instruía a los dirigentes sindicales a no dejar entrar comida a las ciudades.
Adicionalmente el régimen de facto en Bolivia había solicitado a Interpol boleta de captura contra Evo Morales; pero el organismo internacional rechazó la solicitud por considerarla una persecución política.
