Cuando todavía conservaba algo de su mal habido «prestigio internacional», Juan Guaidó, era recibido en España con estatus de celebridad. Aunque parezca increíble este sujeto tan anodino de la política venezolana recibió atenciones a cuerpo de rey, durante una de sus visitas a Madrid, donde viajaba con frecuencia para pactar con la extrema derecha de esas tierras.
Una reciente investigación de la prensa internacional destacó que la Comunidad de Madrid gastó la suma de 2.002,28 euros para alojar al ex presidente de la Asamblea Nacional en desacato, Juan Guaidó y a toda su comitiva. Esto tuvo lugar durante la visita del títere criminal a esa ciudad, el pasado 25 de enero de 2020.
Según se destaca en una investigación de un medio español, el gobierno de Isabel Díaz Ayuso destinó esa cantidad de dinero público. Esto para ofrecer alojamiento y manutención a Guaidó en sus andanzas por la capital española.
Extrema derecha internacional
Así el gobierno local reservó para Guaidó y sus acompañantes el centro de reuniones de Santillana. El monto utilizado para atender al títere criminal, aparece reflejado como parte de los gastos protocolarios y de representación del año 2020. Ése es el informe que el Ejecutivo regional publicó en su portal de transparencia.
En aquella oportunidad Guaidó se reunió con miembros del Partido Popular, de Vox y de Ciudadanos. Se entrevistó con líderes de la extrema derecha española como José María Aznar, Pablo Casado, así como de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.
La cifra destinada para atender a Guaidó multiplica varias veces lo que invirtió el gobierno local en el homenaje para todos los docentes madrileños. En aquel evento, la región apenas destinó 72,75 euros en un desayuno institucional, como reconocimiento a los profesores locales.
El gobierno de España ha sido desde siempre un aliado incondicional del extremismo y las aventuras golpistas en el país. Sin embargo, el títere criminal ha sido desconocido por la propia Unión Europea. Es de esperar, sino una rectificación, al menos una reorientación de la errática política exterior de la diplomacia hispana hacia Venezuela.