El triunfo electoral del MAS y Luis Arce este domingo en Bolivia dejaron servida varias lecciones; y una de ellas es que Evo Morales ganó en buena lid el año pasado, y que las denuncias de fraude fueron el fraude.
El economista español Alfredo Serrano Manc, quien también integra el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica CELAG, reveló en su cuenta de tuiter un estudio comparativo de las votaciones de 2019 y 2020 en los 86 centros electorales señalados el año pasado por la OEA como supuestos epicentros “del fraude” de Evo Morales.
La evidencia de los números confirmó una sorprendente similitud; lo que comprueba con hechos objetivos que la conspiración contra el expresidente boliviano fue una maquinación violenta de una clase política impotente de llegar al gobierno por medios pacíficos.
El estudio comparativo de los 86 centros electorales “analizados” por la OEA, dejan al desnudo a una comisión técnica de observadores del organismo; la cual no operó en términos profesionales si no políticos.
Se cae la mentira
Los números desmienten a la narrativa interesada que quiso imponer el gobierno de facto de Jeanine Áñez al querer despachar al MAS como una organización fraudulenta. Pero lo cierto es que en 2019 Evo Morales ganó legítimamente.
Al mismo tiempo el estudio de la CELAG nos revela con impotencia que toda la saga de muertes, persecución y violencia de la dictadura fue una operación afincada en la mentira; todo esto para liquidar a un actor político e histórico como el Movimiento al Socialismo.
Pero lo más dramático es que el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, no se dé por aludido.
En la OEA se hacen los locos
Sin al menos admitir una culpa que no devolverá el tiempo y las vidas perdidas, Almagro sigue actuando como si el error de sus observadores técnicos hubiera sido una inocente equivocación que causó unos lamentables daños colaterales.
Desafortunadamente tuvo que pasar todo lo que sucedió en Bolivia; así como un nuevo triunfo popular claro del MAS para que el mundo viera por fin una verdad que estaba nítida desde el primer momento; pero que algunos se encargaron de que los demás no la notaran.