Este artículo miente | Por: Roberto Hernández Montoya
René Magritte, surrealista y belga, pintó para siempre una pipa y tituló el cuadro Esto no es una pipa. O sea, “esta imagen miente”. Es por tanto la obra más franca y realista desde las pinturas rupestres.
Juan José Millás propone una advertencia similar al pie de los periódicos: “Esto no es…”. ¿No es qué? ¿La realidad, la verdad? Háblame.
Antonio Machado dijo, también para siempre, que mentir es falta de imaginación porque la verdad también se inventa. Que lo diga la ciencia cuando descubra, o invente, qué es la vida.
¿Qué se pintaba en las cavernas? ¿Qué dicen los petroglifos? ¿Lo sabremos algún día? Soy más radical: ¿Es posible saberlo? ¿Hay que saberlo?
Magritte tiene el mérito de hacernos desconfiar de lo que vemos y sin embargo contamos con la visión realista para manejar, por ejemplo.
En no sé qué año ancestral hubo un choque en la esquina de Las Gradillas que causó revuelo en Caracas. Un ocurrente columnista del diario El Universal escribió su alarma por la que probablemente fue la primera colisión reseñada en prensa. Convocó a sabios como Luis Razetti para que nos orientasen sobre aquella realidad inédita.
No sé qué dijo Razetti, ni si dijo, pero tal vez hubiera impedido que otro médico, amigo y adversario filosófico suyo, José Gregorio Hernández, fuese atropellado en aquellos años de enumerados carros.
¿Sobre qué realidad prosaba el comentario anónimo? Como buen diario conservador, escandalizado por la irrupción del automóvil en la hasta entonces plácida Caracas, proponía desterrar esos armatostes a las afueras de la villa.
Jorge Luis Borges evocaba que los argumentos de George Berkeley son irrefutables pero no inspiran la menor convicción. Sostenía el obispo Berkeley que la realidad es solo una percepción. Eso hizo rabiar durante años al marxismo del tipo apasionado y obtuso, hasta que cayó el muro. O imaginamos que cayó, uno no sabe, decía Cuto Lamache. Berkeley se volvió cine con The Matrix. Borges decía que Berkeley le servía de inspiración literaria.
Imagino el estupor en el taller de reparación si aún no existía la latonería. Una verdad que hubo de ser inventada. Como habrá el chavismo de inventar una en Barinas si no quiere que se repita la catástrofe.
ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA
@rhm1947
ÚN.