Mientras sobran las razones para estar pendiente de lo que sucede en Colombia, el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, mira para otro lado.
El uruguayo hasta el mediodía de este martes no ha dicho una palabra de la protesta social en el vecino país, y tampoco manifiesta una inquietud de conciencia sobre la represión policial, que según el Comité Nacional del Paro, ya ha matado a 27 personas hasta el pasado 2 de mayo.
Al contrario de seguir este problema que le incumbe por su alto puesto en el organismo regional, Almagro se reúne vía videoconferencia para atender a un presidente imaginario y para preocuparse por los Derechos Humanos en Venezuela.
La situación no resultaría por lo menos sospechosamente intencional, sino fuera porque es justamente al lado en donde se estarían perpetrando acciones contrarias al derecho de las personas.
El 30 de abril y el 3 de mayo, Almagro sostuvo conferencia con voceros de la oposición radical venezolana. Durante estas jornadas remarcó la determinación de su organismo para “recuperar la democracia y la vigencia de los derechos de la personas y salir de la inhumana dictadura”.
Ahora entiendo porque Almagro no se pronunció ante la violenta represión en #Colombia… Estaba muy ocupado preparando esta importantísima reunión de hoy con @jguaido De no creer!!!! No hay forma que la obsesión con Maduro le permita ver las cosas claras en #Venezuela https://t.co/mPESjBOzzw
— Carlos Montero (@CMonteroOficial) May 3, 2021
El club del silencio
Pero esta no es la primera vez que Almagro se luce con su silencio. El uruguayo ya había sido cuestionado por su falta de condena a la represión de la dictadura de Áñez en Bolivia, o la violación de los DD.HH. durante las protestas en Chile y Ecuador en 2019.
Cada vez que arde un país que no es Venezuela, la OEA deja en evidencia que su vocación no es la democracia sino la de derribar a la Revolución Bolivariana.
Aunque en estos días se repite mucho dónde está Almagro que no se pronuncia sobre lo que sucede en Colombia, lo justo es mencionar que no es el único que hace silencio. También inquieta la falta de pronunciamiento del Grupo de Lima, o algún reporte de Michelle Bachellett preocupada por los DD.HH. de los colombianos muertos, heridos o arrestados arbitrariamente.