Desde que comenzó el proceso de transformaciones liderado por el Comandante Hugo Chávez, Venezuela ha estado en el ojo del huracán mediático. Un buen proyecto de investigación para las nuevas generaciones de comunicadores sería hacer el inventario detallado de tantas y tan variadas mentiras. Todas puestas a rodar contra el país y su población, durante estas dos décadas. Algo que incluso ha empeorado en medio de la pandemia por covid-19.
De seguro la lista de falsedades será tan sorprendente como extensa. Pero quizás haya sido en estos últimos 5 ó 6 años de agresión extrema, cuando las invenciones han proliferado con mayor virulencia. Obviamente la revolución tecnológica y el impacto de las redes sociales y todas sus plataformas han brindado altavoces a los principales detractores del gobierno.
Es claro que ahora se ha conformado una especie de bloque, donde se alinean todos los medios tradicionales de “prestigio” internacional. Pero también se suman en comparsa influencers o “líderes de opinión”. Ambos grupos se retroalimentan y así ponen a rodar las más estrambóticas versiones.
Atizar el caos
La finalidad de esta estrategia, como siempre, persigue un único objetivo: crear zozobra, desconfianza y caos. En este contexto, el tema de la pandemia por covid-19 ha sido una fuente casi inagotable, para tratar de generar agitación en el plano de la opinión pública.
“Prestigiosos” medios internacionales anunciaron desde el mismo inicio de la contingencia pandémica, que Venezuela se colapsaría en términos de muertes y contagios por covid-19. Para pesar de esos agoreros no ha sido así. Aún con el bloqueo y toda su crueldad, el gobierno nacional ha encarado la crisis con mucho mayor acierto que sus principales vecinos.
Mientras Colombia y Brasil sí están colapsados, nuestra nación va depurando sus protocolos de actuación, con resultados para destacar. Esto no es poca cosa, sobre todo en una región como Suramérica que ya se considera el foco global de muertes por covid-19. Y en un país como Venezuela bloqueado y asediado sin tregua por los EE.UU.
Y es que Brasil, el pasado 20 de junio, sobrepasó la cifra de los 500.000 decesos y en promedio mueren cerca de 2.000 personas por día. Esto representa cinco veces más defunciones diarias por la pandemia que en India. Por su parte Argentina y Colombia, con cerca de 95 millones de habitantes sumados, están superando en tres veces los decesos cada 24 horas en toda África.
Mentiras imposibles
Esta relación se desprende de un reciente informe elaborado por el medio norteamericano The Wall Street Journal, apoyado en cifras de la Universidad Johns Hopkins. Técnicamente a Venezuela no pudieron sumarla a esa lista. No se atrevieron a mentir tan descaradamente. ¿Cómo podrían hacerlo si el promedio diario de decesos en Venezuela no llega a 25? Y la cifra total de fallecidos no llega a 3.000 por covid-19.
Entonces se sacaron la carta de atacar el proceso de vacunación. Según algunas reseñas, “la falta de planificación y de orden estaría conspirando” en contra de la inmunización en Venezuela. El director de la ONG Médicos Unidos de Venezuela (MUV), Jorge Lorenzo, denuncia que hay una «anarquía» en la programación de la vacunación contra covid-19.
También han puesto a correr todo tipo de mentiras. «Que las vacunas se asignan en función de la afiliación política». «Que existe discriminación». Y ahora más recientemente que «la extensión del plazo para aplicar la segunda dosis de la vacuna rusa Sputnik-V, deja a la gente sin protección».
A todos por igual
La verdad ha sido totalmente diferente. En primer lugar a nadie se le ha discriminado. En tal sentido, abundan los testimonios de vecinos y demás personas de la comunidad. Todos han ido siendo llamados y vacunados, sin importar en lo más mínimo su condición socioeconómica o su postura política.
El proceso avanza. Y no lo ha hecho más rápido, precisamente por las trabas del bloqueo y el cerco financiero contra el país. Por cierto, en la semana pasada la administración del presidente norteamericano, Joe Biden, emitió una resolución, que flexibiliza un poco este asunto. Ello debería contribuir a dar mayor celeridad a la vacunación interna.
Asimismo, en lo referente a la supuesta pérdida de efectividad de la Sputnik-V, por alargar el espacio entre la primera y la segunda dosis de 21 a 90 días, hay que aclarar que se trata de un nuevo y descarado fake.
Desmontando un fake
Lo primero que debe decirse es que al aplicarse la primera dosis ya la persona goza de una protección. Así lo demuestran los datos científicos recabados en naciones como Argentina. La segunda dosis vendría a ser un refuerzo, cuya finalidad básicamente es alargar aún más el tiempo de inmunidad.
El propio fabricante de la vacuna, el Centro N. F. Gamaleya lo aclara de forma taxativa: “Este incremento del intervalo no influirá en la intensidad de la respuesta inmune inducida por nuestra vacuna, y en algunos casos lo aumentará y prolongará”. De manera que no se trata de una decisión aislada o arbitraria, Venezuela simplemente se está acogiendo a los protocolos recomendados por el propio fabricante del fármaco.
El llamado a las personas mayores, a quienes ya se les ha aplicado la primera dosis, es a esperar la información oficial. Aguarde a que le contacten, para reagendar la fecha de aplicación de la segunda dosis, de ser el caso. Por lo tanto, no se haga eco de rumores y versiones extraoficiales. Conserve la calma y siga al pie de la letra las normativas de bioseguridad. Tenga presente que aun estando vacunado hay que mantener estricto cumplimiento de todas las medidas de protección.