Las calles de África se calientan a favor de rebeliones militares que desafían el control de occidente sobre los territorios y recursos del continente Madre. Burkina Faso y Mali fueron los primeros en echar a las fuerzas armadas francesas, obligando su retirada a Níger y sellando el destino de esa nación, hoy rebelada contra El Palacio del Elíseo.
El origen del conflicto es histórico. Sin embargo, la desestabilización resultante de la guerra de la OTAN contra Libia puede considerarse un punto de partida de la nueva etapa de poderío occidental. El contrabando, la piratería y el establecimiento de regímenes totalitarios pro-colonialistas, son solo algunas de las consecuencias de la operación contra Muammar Gaddafi. Estos hechos sirvieron de excusa para que EE.UU. y Francia intervinieran militarmente, en un supuesto esfuerzo por devolver la paz a la región.
Es así, como con 29 bases militares en 15 países EE.UU. encabezan la lista de invasores en África, seguida por Francia con presencia en 10 países. Lo cual justifica las amenazas guerreristas y la «preocupación» por la ola de rebeliones en la región.
Extractivismo y dependencia
África posee recursos naturales esenciales para el desarrollo de la industria mundial. Entre ellos resaltan que, en todo el mundo, ellos tienen el:
- 98% del cromo
- 90% del cobalto
- 90% del platino
- 70% del coltán
- 70% de la tantalita
- 64% del manganeso
- 50% del oro
- 33% del uranio
Esto convierte al continente en un objetivo estratégico, con al menos el 30% de las reservas minerales y 65% de la tierra cultivable del mundo.
El rezago en la industrialización aupado por las transnacionales, a través de gobiernos lacayos, hacen de África el terreno perfecto para la explotación. Obligando la venta de materias primas aprecios irrisorios, exacerbando la dependencia, clave del chantaje político y financiero.
África de calienta y occidente tiembla
El hecho de que África se rebele contra la OTAN, en medio de la guerra entre Ucrania y Rusia, no deja dormir a los lideres de las potencias occidentales. El acercamiento de los rebeldes al presidente ruso, Vladimir Putin y el debilitamiento del liderazgo de La Comunidad Económica de África Occidental (ECOWAS), abren las puertas a una nueva configuración de poder.
Cosas están pasando. Níger se rebeló y detuvo la exportación de Uranio a Francia, negándose a ceder a los chantajes económicos de EE.UU. Por otra parte, Malí y Burkina Faso desafiaron a las potencias y enfilaron sus amenazas contra Níger. Entretanto, Kenia aboga por el uso de monedas distintas al Dólar y 17 países africanos se negaron a condenar las acciones de defensa de Rusia contra Ucrania. Razones que junto al fortalecimiento de Asia hacen temblar la hegemonía occidental.