Han pasado 75 años desde la ominosa Nakba (Catástrofe), y el pueblo palestino insiste cada vez más en su adhesión a su derecho histórico y legal a vivir en su tierra con dignidad, libertad y autodeterminación, mientras que las bandas de la ocupación israelí continúan con su ofensiva y control militar, cometiendo sus crímenes crueles en contra del pueblo palestino, en una clara violación de todas las leyes y principios del derecho internacional.
En el aniversario de la Nakba, el pueblo palestino recuerda la limpieza étnica y el desplazamiento al que fue sometidos de su tierra, y se aferra más a su causa, a su identidad y a su principal derecho al retorno.
Esta tragedia, cuyas repercusiones aún continúa experimentando el pueblo árabe palestino en toda Palestina y los de la diáspora ante los intentos de expulsión. El desplazamiento sistemático de ciudadanos de sus tierras, el asedio impuesto a la Franja de Gaza y el incremento de los asentamientos coloniales están asolando y devorando las tierras palestinas en Cisjordania.
El hecho parece muy claro y sigue siendo que la ocupación es el principal problema del conflicto árabe-israelí, y no habrá paz con la ocupación de los territorios palestinos desde 1967.
La situación de la Nakba, sus resultados y todas sus repercusiones no pueden continuar para siempre, ha llegado el momento de que la comunidad internacional ponga fin a la ocupación de los territorios palestinos, lo cual implica acabar con su sistema de seguridad y política racista, así como la cultura de la impunidad que protege a la potencia ocupante y sus autoridades.
La aplicación de la justicia internacional requiere una intervención seria por parte de la comunidad internacional y poner las cosas por su nombre, y no seguir la política de dobles raseros que sirven a los intereses de la ocupación israelí, su supervivencia y su control sobre las tierras palestinas, y por lo tanto la continuación del sufrimiento palestino, que aumenta cada día más donde las escenas de la tragedia se repiten en múltiples formas causando daño, dolor y sufrimiento a las sucesivas generaciones palestinas.
La paz real comienza en el momento en que el ejército de ocupación anuncie su retiro por completo de las ciudades palestinas, el desmantelamiento de los asentamientos y la detención de sus actividades dentro de las ciudades palestinas y el pleno reconocimiento a la soberanía e independencia del Estado de Palestina dentro de fronteras internacionalmente reconocidas.
A la luz de esto, se deben tomar decisiones internacionales concretas que obliguen al gobierno de ocupación a detener cualquier actividad destinada a implementar la política de engaño, mentiras y la continuidad de la ocupación israelí.
El pueblo de Palestina, que vive bajo la ocupación más larga de la historia moderna, tiene derecho a obtener su libertad e independencia, y los países del mundo deben apoyarlo y poner fin al sufrimiento, así como a las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, a las que está sometido el pueblo palestino por una brutal ocupación racista que no reconoce sus derechos.
La lucha del pueblo de Palestina dará sus frutos en el establecimiento del Estado de Palestina, y la brújula palestina seguirá apuntando en una dirección hacia la Patria Palestina Libre y Soberana.
Las fuerzas de agresión, injusticia y conspiración no socavarán la voluntad y el deseo de este gran Pueblo Palestino, que es capaz de avanzar hacia la consecución de su anhelo a la autodeterminación de conformidad con los principios del derecho internacional y el establecimiento del Estado Palestino independiente y soberano, que es la válvula de seguridad para poner fin a todas las formas de ocupación, salvaguardar los derechos de los palestinos y garantizar su dignidad y desarrollo.
FADI ALZABEN
Embajador de Palestina en Venezuela.
ÚN.
