Apenas faltan horas para que finalmente llegue el 5 de enero de 2021. Sin duda la fecha más esperada por el pueblo venezolano. Y es que luego del 6D de 2020, esta jornada se fijó en el imaginario colectivo, como el principio del fin de una era nefasta para la vida del país: la pesadilla de cinco largos años de la Asamblea Nacional controlada por el G4-RP.
Con la instalación del nuevo parlamento, elegido democráticamente, en elecciones libres, populares y directas, llega a su fin la investidura de poder de Juan Guaidó. Así como su mafia de saqueo internacional.
Todos los presidentes de esta Asamblea saliente fueron nocivos para la estabilidad política y económica de Venezuela. Desde un arrogante Henry Ramos Allup, que aseguraba en 2015 que en 6 meses «saldría» el presidente constitucional de la República, Nicolás Maduro. Hasta un Julio Borges, hoy prófugo que gimoteaba pidiendo una intervención extranjera y que calificó a los venezolanos como una «epidemia regional».
Asesinos y ladrones
Desde el parlamento, Borges planificó un atentado magnicida con drones, que pretendía dejar acéfala a todas las instancias del Poder Público venezolano. Sin embargo, la gestión más perversa contra el país y que ha significado mayores penurias ha sido la de Guaidó.
Amparado en la presidencia de la Asamblea y con el respaldo irrestricto de los EE.UU., Guaidó se autoproclamó presidente de Venezuela. Y promovió el recrudecimiento de un criminal cerco financiero, que ha significado la muerte para decenas de miles de venezolanos. Esto por las trabas, incluso en medio de una pandemia como la covid-19, para la importación de alimentos y medicinas.
Además, Guaidó está convicto y confeso como el principal cabecilla de una mafia internacional de saqueo y extorsión. Mediante estas redes del crimen organizado, la República ha sido despojada de Citgo, del oro de Inglaterra, de Monómeros y muchos otros activos millonarios.
Las pérdidas para la República se cifran entre 150 mil y 200 mil millones de dólares. Con la instalación formal de la nueva Asamblea, de mayoría patriótica y revolucionaria, finaliza el reinado criminal de Guaidó. Es de esperar que el nuevo Parlamento adelante una investigación exhaustiva contra este delincuente. Pero, lo más importante es que consolide las bases de la estabilidad política, tan necesaria para echar adelante un plan urgente de recuperación económica.
