Las tensiones políticas en Venezuela a raíz del proceso electoral de diciembre están a la orden del día.
La participación política que ha sido práctica constante a partir del inicio de la Revolución Bolivariana en 1999; se coloca en un arduo ejercicio entre los distintos bloques que pugnan por mantener o recuperar el poder político en el Poder Legislativo.
Luego de la derrota para el chavismo en las últimas parlamentarias del año 2015, se abre un nuevo escenario de posibilidades para recuperar este espacio.
Este proceso se presenta con distintos bloques que apuestan hacia 2 caminos: uno de ellos (con diversas aristas) apuesta por defender la vía democrática como espacio para resolver los conflictos en la política nacional.
El otro encabezado por Juan Guaidó, aspira a la toma del poder político a través de la violencia en alianza con operadores del gobierno de EE.UU; y se niegan a participar en dicho proceso electoral.
La abstención como estrategia
Si algo se ha demostrado en los procesos electorales, es que la abstención no ha sido la mejor estrategia de quienes se han abanderado de esta opción.
También es cierto que la apuesta de la derecha al trabajo sistemático de base para convertirse en una opción electoral como un sólo bloque de poder; no ha tenido asidero en ningún tiempo electoral.
El 2015 fue una oportunidad invaluable para este sector de organizarse políticamente hacia una opción real en la contienda presidencial. Lo desestimaron.
Nuevamente, la oposición se maneja en diversas estrategias a través de un juego que busca optar por “distintas cartas sobre la mesa”; pero que no es conveniente para un sector político que pudiera eventualmente tomar el poder por la vía de las elecciones.
Dentro de las distintas opciones, se encuentra una parte de la oposición afirmando que irá a la contienda electoral (principalmente quienes han participado en la Mesa de Diálogo Nacional) con mayores posibilidades de acceder a este espacio a partir de un nuevo sistema que define mayor cantidad de escaños; los mismos sectores que alcanzaron 3 millones de votos en 2018 para las presidenciales, cifra estimable.
La nueva definición de escaños permitirá probablemente el acceso de los mismos a la Asamblea Nacional. Sin embargo, el escenario plantea otros matices.
Continúan las tensiones
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) llama a la unidad frente a sectores que plantean postularse en listas distintas desde una llamada “Alianza Popular Revolucionaria” de la que forman parte actores del Partido Comunista de Venezuela y el partido Patria Para Todos (PPT), entre otros. Aún no se han dado a conocer las listas de candidatos y candidatas definitivas para esta contienda.
Por otro lado, y con aliados internos ya identificados, se encuentra la amenaza latente desde EE.UU. de agudizar las agresiones y entre ellas la “opción militar”, como lo afirmó en su momento Donald Trump.
Las elecciones presidenciales de EE.UU. en noviembre entran en el análisis electoral de Venezuela. La Florida debe ser ganada por quien aspire a la presidencia de este país y esta población está integrada por operadores políticos contra los gobiernos de Cuba y Venezuela que se inclinan electoralmente a aquel candidato que presente mayor amenaza para los gobiernos de ambos países.
Continúan las tensiones…