La política exterior de los Estados Unidos hacia Latinoamérica cuenta con operadores en el mundo, principalmente desde la Unión Europea (UE) como institución política al servicio de la dominación mundial y el reparto de territorios.
La Unión Europea extiende sus tentáculos para ganar alguna limosna al momento de definirse la guerra en algún territorio del planeta, por esta razón, se comporta como un buen peón en el juego macabro del imperio estadounidense, en el que siempre se asoma de manera servil.
No ha sido distinta su posición ante Venezuela, mayor reserva mundial de petróleo del mundo.
Hablan los hechos
El 23 de enero de 2019, el diputado de La Guaira, Juan Guaidó, se autoproclama en su limitada imaginación, como «presidente» de Venezuela.
En ese instante, la UE expresa su apoyo a este hecho manifestando que: “La Unión Europea apoya totalmente a la Asamblea Nacional como institución elegida democraticamente en el país, y llama a iniciar inmediatamente el proceso para celebrar unas elecciones creíbles”. De esta manera la UE se suma al juego conspirativo de su amo.
Algunos acontecimientos resaltan dentro de esta escalada de ataques contra Venezuela.
«Celebramos la decisión tomada hoy por Austria, la República Checa, Dinamarca, Alemania, Estonia, Finlandia, Francia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Polonia, Portugal, España, Suecia y el Reino Unido para reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela», dijo el secretario de Estado, Mike Pompeo, en un comunicado.
El 4 de febrero de 2019 el Canciller Jorge Arreaza manifiesta su rechazo a el papel de marionetas jugado por la Unión Europea:
Que vergonzoso papel el de algunos gobiernos de Europa al apoyar a @realDonaldTrump en el intento de Golpe de Estado más evidente y descarado que gobierno alguno de EEUU haya ejecutado en América Latina. Vean como los Jefes agradecen a sus subalternos:https://t.co/7nQP5DS31Z
— Jorge Arreaza M (@jaarreaza) February 4, 2019
El 30 de abril de 2019, la embajada española le otorga asilo a Leopoldo López, quien se encontraba cumpliendo una condena de 14 años por los delitos de instigación pública, asociación para delinquir, daños a la propiedad e incendio, producto de las acciones impulsadas durante las guarimbas en Venezuela.
La embajada española se prestó para «dar refugio» a este delincuente en medio de un intento de golpe de Estado promovido ese día junto al diputado de la Guaira, Juan Guaidó.
Recientemente, el 14 de febrero de 2020, el gobierno de Portugal se suma al juego macabro de la conspiración permitiendo el traslado de explosivos en el vuelo de la aerolínea TAP por parte de Juan José Márquez, tío de Juan Guaidó, además de ocultar la identidad del diputado en el mismo vuelo.
Europa olvida su propia crisis
Mientras Europa voltea sus ojos a Venezuela, se olvidan del incendio que desde hace años se presenta en su propio patio. La cruda realidad social que se vive en el “viejo mundo” llevó al surgimiento del movimiento de indignados, quienes se manifestaron en España y otros países; los mismos que hoy se manifiestan en Francia con los chalecos amarillos por las políticas de desahucio (expulsión de sus hogares a familias enteras por hipotecas), aumento de la edad para las pensiones, personas en situación de calle y muertes por frío, entre otras, que hablan del quiebre del llamado “Estado de bienestar”.
Se les olvida que Venezuela dejó de ser colonia y que hoy tiene voz propia en el sistema político mundial.