¿Hay un momento prerrevolucionario en los Estados Unidos? No soy pitoniso y por tanto no me atrevo a anticipar una revolución, que como tal no es predecible, si es verdadera. ¿Quién hubiera presagiado que la monarquía más sólida de Europa, la francesa, podía patinar en meses? Igual podía decirse del pétreo orden colonial de nuestra América.
Como Estados Unidos es un país violento, padece tensiones violentas, políticas, sociales, económicas, culturales, raciales, militares, demográficas. Y casi todo el mundo está armado.
A veces basta un aleteo de mariposa para disparar catástrofes como las que ya estamos viendo. Incluso mucho menos que una mariposa, gigantesca al lado de cierto virus de un tamaño ridículo, invisible, imperceptible, medible en milmillonésimas de metros, que solo puede conjeturarse con microscopios vergatarios. Y esa minucia, que dicen que ni siquiera está viva, pudiera ser el detonante de una revolución. Una conmoción social se nos puede venir encima por un minúsculo aumento de la gasolina, la Toma de la Bastilla o la invasión de Napoleón a España.
Cuando el desequilibrio es grande puede bastar una perturbación aparentemente insignificante para desatar una catástrofe, una discontinuidad en un proceso continuo, el primer dominó que cae, el magnicidio del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo en 1914, que disparó la Primera Guerra Mundial y una parábola de revoluciones y guerras que vinieron a pausar solo con la caída del Muro de Berlín, cuando un mentecato anunció el fin de la historia. Son impredecibles, ya lo dije, ¿no?
En EUA sobran detonantes, a cada rato un crimen policial eruptivo, un tuit de Trump, un triquitraque, un incendio forestal, un huracán, fuegos inexplicados de portaaviones, un tiroteo de un gatilloalegre, saqueos. Y cosas están pasando, dice Mango.
¿Son un Estado forajido? ¿Fallido? ¿Es Trump el Luis XVI que marcó la decadencia terminal de la monarquía? Luis Capeto al menos no era arrogante. Luis Último se distraía desarmando relojes y no perdió la dignidad en el cadalso. Ojo: no deseo ese destino ni a Trump.
¿Para dónde van los Estados Unidos? Quisiera ser vidente porque sea lo que sea va a encandilar y la tragedia podría incluso proliferar por el planeta completo. Si pasa.
ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA
@rhm1947
Publicado en ÚN.