Por: Nicolás Maduro Guerra.
No voy a detenerme a contarles lo sucedido en estos últimos días en Venezuela, resumiré diciendo, que todos y todas hemos sido testigos de una agresión sin precedentes y de una repuesta popular heroica. Hoy por sobre todas las cosas, quiero reflexionar, más allá de esta Victoria.
“Estamos ante la presencia de una degradación, política y moral de la oposición en Venezuela”, fue una de las frases usadas por el presidente Nicolás Maduro, para caracterizar esta coyuntura; una que más allá del cara e tablismo, al que nos tienen acostumbrados los seudo dirigentes opositores, nos reafirma las bases de nuestra lucha revolucionaria.
Las declaraciones de los mercenarios gringos, en las que afirman que esperaban ser bien recibidos; la reacción en redes de los opositores, ante el rol del pueblo pescador en la captura de los terroristas y los intentos por banalizar una operación terrorista, muestran el racismo, el clasismo y el supremacismo que subyace en las “banderas de lucha” de la derecha nacional e internacional.
Estas acciones, además de reafirmarnos que “la batalla tiene dimensiones culturales, sociales, políticas, económicas y éticas”. Nos ayudan a comprender el empeño del imperialismo y sus lacayos, en recrudecer las medidas coercitivas unilaterales, para negarle al pueblo, sobre todos a los más humildes, su derecho a vivir bien.
No nos perdonan nuestra lealtad y nuestro espíritu caribe de luchadores incansables. Por eso nos atacan y es precisamente por eso, que no existe posibilidad alguna para su victoria. No es la suerte la que nos conduce, es la fuerza, la determinación y la moral de un pueblo decido a ser libre.
Eso no lo entienden los señores de la guerra y yo no sé los voy a explicar, de eso se encargará la historia.
Nicolás Maduro Guerra
