¿Quiénes están detrás de los tiroteos en Petare?

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El incidente de los tiroteos ocurridos en Petare en las últimas horas, debe verse en su verdadero contexto. Ya la derecha venezolana ha mostrado sus vínculos innegables con estos grupos criminales, como quedó demostrado el pasado mes de febrero, cuando una comisión del Cicpc detuvo a la comisaria Doris Rodríguez, jefa de “investigaciones penales” de Polichacao para ese momento, por sus vínculos con el crimen organizado.

En un enfrentamiento de estos grupos con el FAES de la Policía Nacional Bolivariana, resultaron abatidos 3 elementos que pretendían secuestrar a un comerciante en los predios del Centro Comercial Ciudad Tamanaco (CCCT) de la ciudad de Caracas. Y aunque la investigación sigue en curso, Rodríguez fue acusada de colaborar con estas bandas suministrando información, logística (armamento y vehículos) y todo tipo de apoyo. Estas acusaciones gravísimas no pudieron ser desmentidas por el alcalde Gustavo Duque, quien en medio de una rueda de prensa se vio obligado a admitir al periodista de REDRADIOVE, que la funcionaria estaba vinculada a estas bandas «porque se había criado en la Cota y tenía allí a su familia». Duque jamás se atrevió a negar los señalamientos. ¿Resultado? POLICHACAO y el hampa organizada, son harina del mismo saco.

Tanto la prensa asociada a la derecha, así como algunos activistas de las redes sociales se han atrevido a peregrinar sobre el incidente del sector José Félix Ribas de Petare, insinuando que son “colectivos y hampa común”, (que según ellos vendrían a ser lo mismo), los responsables de estos episodios violentos. Sin duda, el crimen organizado está detrás, pero ¿organizado por quién?

La constitución popular de brigadas para la defensa del proceso bolivariano, ha sido una pieza clave en la ruta hacia la consolidación y estabilidad de la paz social.

Los llamados «colectivos”, satanizados por la mediática mundial, junto a la milicia nacional bolivariana, constituyen de manera visible y sin vergüenza de por medio, un bastión de peso indudable para la permanencia del estado de derecho y el orden público, flagrantemente violados de manera recurrente por la derecha fascista y sus grupos de choque. Grupos de abierto tinte terrorista, que exhiben un registro excesivo y brutal, y que han sido expuestos ante la luz pública como los responsables de actos tan graves como atentar contra la vida del Presidente constitucional de la República y del alto gobierno.

Si los colectivos han nacido al calor de un sentimiento integralmente popular y representan hoy un frente de acción y de control en áreas en donde siempre ha reinado un importante nivel de anarquía, no es menos cierto que su «némesis» (los grupos de choque de la derecha) nacieron por el contrario, con un talante exclusivamente terrorista y homicida. Aunque pretendan, como siempre hace la oposición desarraigada, camuflarse de activismo social y de trabajo de calle. «Redes Populares» es un comando terrorista de Voluntad Popular. Y su vinculación con grupos del crimen organizado es notoria y bastante pública.

Cándidamente, «Redes Populares» se autopresentaba a la opinión pública de la siguiente manera: «Las Redes Populares somos un modelo de organización comunitaria, de la gente, de personas que deciden su futuro y el de su comunidad a través de la participación y el trabajo. Una estructura social que permite solucionar problemas y progresar colectivamente. Pueden conformarla todos los venezolanos que quieran trabajar por su comunidad. Los miembros de las redes son luchadores sociales, líderes locales, que buscan su superación, el progreso de sus comunidades y la defensa de sus derechos».

Para las «Redes Populares» el trabajo se hallaba estructurado en cinco funciones básicas:

  1. Constituirse como el centro de referencia del liderazgo social (usurpando el rol de los verdaderos líderes sociales que habían construido un liderazgo a fuerza de trabajo comunitario).
  2. Realizar el diagnóstico comunitario y fomentar la participación social en cada una de las comunidades (un eufemismo válido para activar las guarimbas y grupos de choque).
  3. Asumir la contraloría social, supervisando y vigilando todas las obras y las actuaciones de interés público que se lleven a cabo en la comunidad (saboteando las obras obtenidas por la gestión pública de la revolución y el pueblo organizado, a todos los niveles de gobierno).
  4. Constituir las Casas Populares para establecerlas como sedes de cada una de las actividades que las “Redes” se planteen. (Centros de agitación y de producción de conflictos y confrontación, sitio de acopio de insumos para la perturbación del orden público).
  5. Concretar las actividades de impulso y acción en las comunidades (siguiendo las líneas de la Casa Blanca y de la MUD* en su momento).

Pero en la vida real, «Redes Populares» tenía una misión mucho más oscura, Luis Alberto Navas Medina, implicado en el intento de secuestro de Nelson Merentes, ex presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), para obtener financiamiento ilícito para Voluntad Popular, era fundador de esta organización en Caracas y encargado de «Redes Populares» en la parroquia El Recreo.

Navas Medina, se desempeñó como «coordinador en línea administrativa en la Alcaldía Mayor» (cabildo metropolitano), según su perfil del sitio web de búsqueda profesional “LinkedIn”, en donde en su foto de perfil, se puede observar a Navas escoltando a Leopoldo López en una caminata en medio de un acto político. Navas, estaba vinculado directamente a las bandas criminales de la cota 905 y se le relaciona ampliamente con la ex comisaria Doris Rodríguez, quien le habría ayudado a llegar a ser ficha importante en el círculo cerrado de Voluntad Popular y fue mencionado en su momento como protector y suministrador de armas de Jhonny José Peña Marino, alias «el Bobo» ultimado por el Cicpc en 2010, quien protagonizara un tiroteo muy similar al de Petare, pero en el año 2008, en Carapita, Antímano.

Este mismo sujeto participó en el asesinato del funcionario Carmelo Espinoza de 26 años, ocurrido el 25 de mayo de 2010, «a quien matan por tener conocimiento de la organización y trabajar para desmantelarla», incidente ocurrido el 10 de noviembre de 2009 donde muere también el sargento mayor de la Policía Metropolitana, Gilberto Camacaro, quien estaba en comisión de servicio en el Cicpc, como jefe de uno de los grupos de trabajo contra el crimen organizado.

Tanto Navas Medina, como Eligio Arraiz, (otro procesado por el intento de secuestro a Merentes, y también miembro de “Redes Populares”) eran parte del entorno íntimo de Freddy Guevara. Arraiz por su parte confesaría en un video, que circuló en las redes sociales, que Guevara era el autor intelectual del secuestro y que habían escogido a Merentes, porque para la dirigencia de VP, Merentes era un hombre que se trasladaba sin escoltas ni seguridad por toda la ciudad.

Gladys Castillo quien se encuentra en el exterior, Ana Karina García Martínez y otros actores visibles de Voluntad Popular,  también fueron señalados por su participación en el intento de secuestro. Lo interesante aquí es que, como pudo conocerse a raíz de las investigaciones en ese momento, Castillo (Concejal Metropolitana de VP) y Arraiz, visitaban frecuentemente barriadas populares de Caracas, según ellos, brindando «asesoría en materia de trabajo comunitario» y era Petare uno de sus destinos más frecuentes.

Sorprendentemente, siempre se manejaron allí con la mayor soltura, sin que pareciera importarles demasiado su seguridad en medio de un sector “gobernado a sus anchas por colectivos y hampa común” Por igual, Gaby Arellano se desplazaba por Petare con absoluta holgura y al parecer sin mucho “miedo a los colectivos…”

Según palabras de Emilio Grateron también de VP: “Tenemos 398 mil activistas en todo el país que reportan actividades, 16.936 redes populares, 38.415 líderes de estructuras y activistas internacionales en 42 países, es falso que somos una agrupación del este de Caracas exclusivamente, “Redes Populares” tiene una presencia importante en Antímano, La Vega, La Pastora, Sarría, Petare, el 23 de Enero, entre otros”

En su momento, el coordinador de Rumbo Libertad, Eduardo Bittar, emplazó a los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática, a preparar una justificación al tener que explicar la razón por la cual el disidente chavista Rafael Ramírez, financió al partido de Leopoldo López y Guaidó. José Brito, diputado a la Asamblea Nacional, también acusó al ex presidente de Pdvsa, de financiar al autoproclamado “presidente interino de Venezuela”, Juan Guaidó y a “Voluntad Popular”.

Ese financiamiento incluiría importantes cantidades destinadas a mantener “grupos violentos” asociados al partido de Leopoldo López, en las barriadas más candentes de Caracas.

El teólogo, periodista y sacerdote claretiano español Benjamín Forcano, (quien ha escrito profunda y largamente sobre temas venezolanos y que sufrió durante más de 10 años un proceso extraordinario, por parte de las autoridades romanas, a raíz de la publicación de su libro “Nueva ética sexual”, escribió sobre “Voluntad Popular” lo siguiente: “Voluntad Popular es el único grupo terrorista en el mundo que cuenta con el apoyo de transnacionales de la co­municación: CNN (EE.UU.), el Grupo Prisa (España), el Grupo Clarín (Ar­gentina), la Red O Globo (Brasil), Te­levisa (México), Fox News (EE.UU.), El Tiempo (Colombia), entre otras redes regionales, que difunden “como nece­sarias” las acciones criminales de Vo­luntad Popular”. (J. Guy Allard) y nadie niega que en la Venezuela democrática se den conflictos, desastres, violencias, muertes… pero no es adecuado atribuirlas sin más, como hacen ciertos grandes medios, al Gobierno, excusando de todo a la oposición. La verdad en tales casos, se fija buscando la relación de tantos desastres con sus causantes y responsables. Y aquí se hace justamente así. Y entonces, se exacerba e incrementa un clima de malquerencia y reprobación del Gobierno, sobre todo fuera de Venezuela”.

Continúa Forcano sus sorprendentes análisis: «López también promueve las llamadas “Redes Populares”, una ini­ciativa financiada por la USAID con el objetivo de penetrar a las comunida­des y romper las filas revolucionarias, al reclutar personal remunerado para las acciones desestabilizadoras, su­puestamente “espontáneas”. No olvidemos que López es primo de otro agente de la CIA, Thor Halvorssen, autoproclama­do jefe de la Human Rights Founda­tion, una “criatura” de la CIA que conspiró en el fracasado golpe contra el Presiden­te boliviano Evo Morales, en 2009. La sucursal boliviana, de la falsa ONG de Halvorssen, era dirigida por el terro­rista cubanoamericano Armando Va­lladares, viejo cómplice de la agencia de inteligencia norteamericana». Y sigue: “Redes Populares” de VP ha penetrado el tejido social de Venezuela a la calladita y sembrarán el terror en su momento, cuando las arremetidas de la Casa Blanca sean más crudas y más cercanas a una verdadera intervención en la nación sudamericana».

Voluntad Popular y sus “Redes Populares”, empujados por Rafael Ramírez, pudieran tener sus manos metidas en todo este asunto. De ser así, lo han usado como distracción para desviar la atención de los verdaderos temas de fondo, como la “operación Gedeón” el objetivo podría estar en Macuto o en cualquier parte del país. La CIA y el Departamento de Estado están activados, y la intención es crear un clima que sugiera desgobierno, anarquía y barbarie. La última palabra la tiene el pueblo patriota, que aún espera su turno.


 

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