El pueblo obrero uruguayo lidera el movimiento de paro desde Montevideo, por la reivindicación de derechos laborales, que se ha derrumbado en el gobierno de Luis Lacalle Pou y ha perjudicado a la clase trabajadora.
Hace unos días, miles de obreros adscritos a movimientos sindicales abarrotaron las calles de la capital uruguaya para protestar contra el presidente. Durante los gobiernos pasados, los salarios se ajustaban anualmente. Pero este año, el gobierno de Lacalle Pou, excusándose en la pandemia y en una ortodoxia económica tradicional , ha negado el reajuste salarial.
“Las movilizaciones son porque se está rebajando el salario a los trabajadores”, dijo Marcelo Abdala,dirigente obrero uruguayo. “Si el presidente fuera amistoso con la recuperación salarial, trabajadores y jubilados tendrían ajustes”. Esto expresó el dirigente en relación a los recortes presupuestales en salud, vivienda, educación, inversión y otras áreas estatales.
Durante el primer año de gobierno el PIB cayó un 5,8%, según el Banco Mundial, el más cercano al 8% de la última crisis económica de 2002. El año pasado se desaceleró el consumo, hubo recortes en inversiones públicas y cayeron las importaciones y exportaciones.
Salarios en picada
Desde que asumió Lacalle Pou, el salario real cayó un 5% en el país, según los sindicalistas. Las jubilaciones y pensiones se ajustan por un índice cuya principal variable es el salario por lo que también perdieron poder de compra.
“Desde el año pasado se incrementó el deterioro de los salarios sumergidos, se perdieron unos 30 mil puestos de trabajo y mucha gente declaró que no sale a buscar empleo». Así reseña la prensa local.
La popularidad de Lacalle Pou viene bajando según varios sondeos. “La seguridad era un tema que preocupaba a la población, pero hoy los temas económicos importan más. Explicó el politólogo Antonio Cardarello.
“El discurso del gobierno no está concentrado en el salario, sino en crear empleos, pero por debajo de los actuales niveles. Están alineados con las cámaras empresariales, piensan que el estado debe retraerse y el equilibrio lo encuentra el mercado”. Manifestó Cardarello.