Por estas razones la isla de Cuba se mantiene en alerta

La reiterada denuncia de una agenda intervencionista que busca manipular y exacerbar los ánimos en la isla de Cuba, a partir de las carencias que resultan del bloqueo que impone Washington, parece coincidir con la ya conocida estrategia de «golpe suave» que el gobierno Estadounidense ha aplicado y mantiene en muchos países.

Es por ello que, tras los disturbios que protagonizaron grupos de derecha en los últimos días en algunas ciudades cubanas, le siguió la respectiva campaña en medios internacionales, desde donde refuerzan la matriz de una crisis política y emiten hipótesis acerca del futuro que vaticinan para la nación caribeña.

Esa estrategia de «golpe suave o golpe blando», se expandió tras la caída de la Unión Soviética bajo el nombre de «revoluciones de colores». La misma tuvo el objetivo de arrasar con los espacios que el progresismo mantuviera en Europa Oriental.

Sin embargo, Cuba se mantiene en el ojo del huracán como objetivo político y militar del poder estadounidense desde hace más de 60 años. Inclusive, la Casa Blanca crea y promueve constantemente políticas y decretos destinados a afianzar sus ataques contra la isla.

Además, la intervención extranjera indirecta que propicia el gobierno de Estados Unidos a través de la CIA, se le suma la acción del Departamento de Estado; con la comprobada formación de «líderes» disidentes cubanos con entrenamiento y financiamiento a través de la denominada Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).

Venezuela: El mismo guión

La estrategia de «golpe suave» que denuncian las autoridades cubanas y movimientos internacionales de izquierda, es la misma que golpea desde hace varios años a Venezuela. Sobre estas acciones, abundan incluso documentos desclasificados que demuestras la participación y autoría de Washington en dichos planes.

De hecho, desde los hechos que llevaron al golpe de Estado de abril de 2002, contra el comandante Hugo Chávez, se desarrollaron bajo un guion que buscaba presentar como «manifestaciones espontáneas y pacíficas» el plan que los mismos dirigentes de derecha admitieron públicamente dirigir con el apoyo de los medios de comunicación.

Lo mismo ha sucedido desde entonces en cada intento por lograr un «cambio de régimen» en Venezuela o cualquier otro país; con la generación de condiciones para crear malestar en el pueblo. De igual forma, surgen las campañas de manipulación o desinformación con el pretexto de una supuesta «lucha por la libertad de expresión y derechos humanos».

Con todo esto, entra en juego las operaciones psicológicas, como las amenazas de invasión armada desde el extranjero. Por ejemplo, los focos de violencia que en Caracas y otras ciudades se materializaron en las denominadas «guarimbas»; así como la presión constante a través de mecanismos como el bloqueo económico y comercial contra la nación.