Pinochetistas continúan en su tarea de evitar sea como sea, que Gabriel Boric gane las elecciones presidenciales en Chile. El 19 de diciembre los chilenos irán a los comicios bajo el ambiente más polarizado desde la caída del dictador militar de derecha Augusto Pinochet. El acostumbrado bipartidismo al cual pertenece una supuesta centro-izquierda junto a partidos neoliberales se disiparon en la primera vuelta.
La tormenta mediática contra el candidato obrerista Gabriel Boric, parece ser escrita por un grupo de guionistas apocalípticos. Ellos auguran la subida del infierno y de Lucifer a la superficie chilena en el caso que el izquierdista sea electo por el pueblo. El candidato de «Apruebo Dignidad», se vislumbra como el electo de acuerdo a las encuestas de cara a la votación del próximo 19 de diciembre.
Boric tiene el apoyo de la mayoría, que ha visto en él, la oportunidad de avanzar a la transformación que millones de chilenos aspiran. El fracaso de la alternancia es total. Incluso hasta Franco Parisi, candidato que nunca pisó Chile y su campaña fue hecha por redes sociales desde el exterior, los superó.
La situación social y económica, alcanzó el detrimento y todo por el aumento exponencial de los precios de los servicios básicos, que provocaron estallidos sociales a escala nacional.
En las manifestaciones, hubo muertos por armas de fuego de alto calibre usadas por los agentes de seguridad del Estado. Otras decenas de personas, quedaron ciegas por el uso excesivo de la violencia policial y militar.
Los Kast: Familia nazi pinochetista
Cabe resaltar que el padre del candidato de derecha José Antonio Kast, perteneció al partido nazi alemán. A su vez, su hermano, Miguel Kast, fue ministro del dictador militar derechista Augusto Pinochet. Estas sí son verdades comprobadas. En el plan de gobierno de Kast destacan las privatizaciones, alzas de impuestos y de pago de servicios elementales.
El programa presidencial de Gabriel Boric se titula «Programa para el Nuevo Chile». Cambios para vivir mejor, y sus principales ejes son transformaciones profundas en el sistema tributario, la salud, pensiones y educación.
Estas dos contraposiciones, son la realidad verídica de lo que ahora mismo se propone a los chileno. Pero las grandes corporaciones de comunicación aliados a los pinochetistas continúan con el patrón mundial, de demonizar a todo aquello que huela a progreso y a izquierda.