Este miércoles 28 de julio el presidente electo del Perú, Pedro Castillo, asume oficialmente la riendas del país con el reto de gobernar con un Congreso controlado por la mayoría opositora, luego de que se instalara el nuevo Poder Legislativo bajo la conducción de la ultraderechista María del Carmen Alva.
De esta forma, el período que inicia con la presidencia de Castillo se perfila como una etapa de relaciones complicadas entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo, lo que históricamente ha generado inestabilidad en la nación.
La designación de Alva, al frente del Parlamento, se realizó 2 días antes de la juramentación presidencial, «en una accidentada elección. Con una abusiva interpretación del reglamento que puso en evidencia prácticas antidemocráticas», reseñó la prensa peruana.
Por esta razón, la legisladora del partido Acción Popular, que se autodenomina de centroderecha, tomó el control del Congreso con 69 votos a favor. Además, le debe el triunfo al respaldo que le dieron las demás agrupaciones de derecha, incluida la bancada del fujimorismo.
#ElecciónMesaDirectiva | Integrantes de la nueva Mesa Directiva del Congreso para el periodo anual de sesiones 2021 – 2022 ⤵️ pic.twitter.com/5dorxwMenN
— Congreso del Perú (@congresoperu) July 26, 2021
Panorama complejo
Con la investidura de Pedro Castillo como presidente del Perú, se abre el nuevo debate y los retos que afrontará para lograr llevar adelante las promesas de su campaña electoral. Por ejemplo, impulsar una nueva Constitución.
Por otra parte, destaca la necesidad de establecer políticas que permitan resolver las dificultades económicas de la población. Además de recibir el país en medio de una estabilidad institucional en los político, social y militar.
Como se recordará, fue el Congreso Nacional el ente que destituyó, en noviembre de 2020, al entonces presidente Martín Vizcarra, con apenas 2 años y 8 meses de mandato; mediante la aprobación de una moción de censura por «incapacidad moral permanente».
Las desavenencias entre ambos poderes han marcado la política peruana, especialmente los últimos 5 años. Y al parecer, se mantendrán ahora con la llegada al poder de Pedro Castillo. Todo esto, porque el sistema de democracia que existe en el país otorga un peso al Congreso que muchas veces decide el destino del primer mandatario; aunque haya sido favorecido por el voto popular.
De manera que con un Parlamento controlado por la derecha, no es difícil imaginar el terreno que le tocará transitar a un presidente vinculado a los movimientos sociales campesinos y magisteriales; a quien definen como representante de la izquierda e incluso, del «comunismo radical».