El Papa Francisco protagonizó un episodio curioso en el que bromeó sobre los brasileños, a quienes se refirió de no tener salvación por sus pocas oraciones y su afición a Cachaza, bebida alcohólica típica del país suramericano.
Al terminar una audiencia general en el Vaticano, el padre João Paulo Souto Víctor le pidió al papa Francisco que rezara por el pueblo brasileño, pero su respuesta seguro no fue esperada.
“La cachaza es una bebida alcohólica destilada de Brasil, que se obtiene producto de la destilación del jugo de la caña de azúcar fermentado”.
«Santo Padre, rece por nosotros, brasileños», le dijo un sacerdote; a lo que el papa respondió con una sonrisa y bromeó.
«Ustedes no tienen salvación, mucha cachaça y poca oración», respondió el papa Francisco al referirse a los brasileños.
El sacerdote Joao Paulo Souto Vitor, de Campina Grande, le respondió al papa con una risa nerviosa al chiste.
Sin embargo, luego de la broma un de los sacerdotes escribió en su cuenta de Twitter que Francisco siempre reza por Brasil.
El papa volvió a asistir a las audiencias generales en el Vaticano con público presente este mes; luego de casi seis meses sin audiencia como medida preventiva por contagios de coronavirus.
El pontífice viajó a Brasil por primera vez en 2013, poco después de haber sido pontificado; y así asistir a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, siendo su primer destino internacional.
Superviviente del Holocausto es recibida por el papa
Lidia Maksymowicz, es una mujer polaca de 81 años que asistió al evento, donde el papa besó el número de detención tatuado en el brazo.
Maksymowicz fue deportada en 1943 al campo de Auschwitz Birkenau cuando aún no tenía ni 3 años.
Luego de intercambiar unas palabras con el santo pontífice, la mujer le mostró el tatuaje con el número 70.072, marcado por los nazis al ingresar al campo de concentración.
Tras ver la marca, el papa se inclinó para besarlo, a lo que la mujer conmovida lo abrazó espontáneamente.