Una vez más la policía de Estados Unidos vuelve a cometer uno abominable hecho de violación a los derechos humanos contra ciudadanos de ese país. Joshua Taylor y Brandon Dingman, agentes del Departamento de Policía de Wilson, Oklahoma, fueron acusados de homicidio en segundo grado por propinarle 50 descargas eléctricas con un taser a Jared Lakey, quien según el informe policial, protagonizaba “acciones desordenadas”.
El joven de 28 años, residente de Wilson, una población ubicada a 160 kilómetros de la ciudad de Oklahoma, se mostró con una actitud “algo violenta y desordenada” y algunos vecinos decidieron llamar a la policía.
2 Oklahoma police officers have been charged with second-degree murder after they used Tasers more than 50 times on a man who later died, according to court records https://t.co/ZHHp8FoUPh
— The New York Times (@nytimes) July 3, 2020
Al llegar los oficiales, intentaron controlarlo pero éste se resistió, por lo que ejecutaron el ataque con el taser, pero hicieron uso excesivo y abusivo, provocando la muerte de Lakey.
El informe presentado determinó que los agentes realizaron 50 descargas eléctricas, sobrepasando ampliamente su uso para detenciones de sospechosos, por lo que deberán responder ante la justicia.
Policías blancos
Esto ocurre en medio de las protestas generadas por otro abuso policial en ese país, donde resultó asesinado el afroamericano George Floyd; al parecer algunos miembros de la policía son hombres blancos con problemas para controlar su ira.
El pasado 12 de junio, otros dos agentes de policía blancos asesinaron a tiros al afroamericano Rayshard Brooks, un afroestadounidense de 27 años que opuso resistencia cuando era arrestado en Atlanta (Georgia, EE.UU.). Denotando una carga de discriminación racial desmedida y traducida en violencia letal de parte de las fuerzas de orden público.