Oposición académica hace “maromas” matemáticas para justificar el abstencionismo

“El talento sin probidad es un azote“, la frase del pensamiento siempre visionario del padre Libertador, Simón Bolívar, viene como anillo al dedo, para referirse a ciertos sectores académicos del país que se valen de sus títulos y reconocimientos, para falsear la realidad mediante “maromas”, en lugar de transformarla, como recomendaba Carlos Marx.

Ahora desde ese gran “Tanque Pensante” opositor en que se ha convertido la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), ciertos grupos académicos realizan maromas matemáticas para justificar el abstencionismo que promueve, Juan Guaidó y los factores más violentos.

¿Expansión de la covid-19?

De acuerdo con Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, la abstención estaría justificada. No sólo porque -como ha dicho el guaidosismo- “no hay suficientes garantías”. Sino, además, porque las proyecciones matemáticas indicarían que las cifras de covid-19 van en aumento exponencial. Y para diciembre se contabilizarían 14 mil casos diarios.

Alarcón cita a su vez un reciente informe de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela, según el cual las estadísticas del gobierno no se corresponden con la realidad. Este sector universitario sostiene que la información oficial de la pandemia está manipulada. En tal sentido, en la actualidad se estarían produciendo 7 mil contagios diarios y de ahí la proyección fatalista para el último mes de 2020.

Este mensaje agorero del desastre no es nuevo. Desde comienzos del año, medios de comunicación y ciertos sectores médicos y académicos, presagiaban una catástrofe sanitaria en Venezuela. Estos factores prácticamente se frotaban las manos esperando una mortandad, que finalmente concretara la caída del gobierno nacional.

Contra viento y marea

Sin embargo, a pesar del bloqueo genocida, impuesto por los EE.UU., Venezuela ha sido un referente mundial en la gestión del pandemia. Ello lo ha reconocido incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La metodología venezolana ha facilitado la contención de los contagios y también ha permitido el logro de dos indicadores claves: 1) baja letalidad (por debajo de 1%) y 2) una tasa de recuperación ligeramente por encima de 80%.

La estrategia desplegada en el país ha incluido pruebas de despistaje masivo (Se han realizado cerca de 2 millones). Suministro gratuito de todo el arsenal terapéutico y aislamiento de los pacientes, incluso los asintomáticos.

Vecinos colapsados

El desastre que tanto pregonaban para Venezuela, bloqueada injustamente por EE.UU., ha sucedido pero en Colombia, Brasil, Perú, Chile, Ecuador y Bolivia. Todas estas naciones son adversas al gobierno nacional. Y en cada uno de estos países la pandemia sí se ha desbordado con cifras abultadas de muerte y contagios.

De hecho Brasil, Colombia, Perú y Chile se cuentan entre los 15 países con mayor número de infectados a escala mundial.

El argumento de que la pandemia se saldrá de control para la fecha de las elecciones ha sido el recurso de último momento, para justificarse ante el electorado. Es evidente que se trata de una burda maniobra, para tapar la realidad: no tienen suficientes seguidores para salir victoriosos.

Además, este sector académico no solamente hace maromas para no votar. También promueve avanzar en la eufemísticamente llamada “presión internacional”. Para que se arrecie aún más, un ya férreo bloqueo norteamericano, que tanta muerte y pérdida económica ha ocasionado.

Bien lo decía Bolívar el talento sin probidad es un azote. Y, más tarde, el icónico pensador italiano, Antonio Gramsci, clamaba por intelectuales orgánicos al servicio de la humanidad y no del gran capital.