El 3 de mayo de 2020, las autoridades venezolanas neutralizaron la invasión mercenaria denominada como Operación Gedeón.
La incursión se tramó y entrenó en Colombia, con mercenarios que salieron desde ahí en lanchas rápidas para intentar ingresar al territorio venezolano a través de las playas de los estados centrales de La Guaira y Aragua.
La misión era la de perpetrar ataques a instalaciones militares, servicios estratégicos y asesinatos selectivos de integrantes del gobierno.
El plan fue el resultado de un contrato criminal con fines políticos, que involucró a militares venezolanos desertores, instructores estadounidenses, cooperación del narcotráfico y la autorización de Juan Guaidó.
A un año de la burda incursión mercenaria perpetrada por traidores, contratada por una facción apátrida opositora y organizada por la oligarquía colombiana para llenar de sangre las calles de Venezuela, DECIMOS: No podrán con Venezuela…¡MERCENARIOS NO PODRÁN VENCER A PATRIOTAS! pic.twitter.com/8ybbaHXyWC
— Vladimir Padrino L. (@vladimirpadrino) May 3, 2021
La mano de EE.UU.
Fracasada la Operación Gedeón, los implicados se encargaron de revelar los detalles. La trama del gobierno paralelo de la oposición contrató los servicios de la empresa de seguridad norteamericana SilverCorp, la cual está dirigida por el ex marine con experiencia de guerra, Jordan Goudreau.
Los mercenarios capturados completaron el rompe cabezas confirmando que se entrenaron en Colombia y que el gobierno de Iván Duque estaba enterado.
La Operación Gedeón fue la continuación de una maniobra que se había frustrado en los últimos días de marzo de 2020 con una incautación de armas en Colombia y cuya pertenencia reconoció el general Clíver Alcalá Cordones como parte de un plan para atacar a Venezuela.
Conspiradores reciclados
Los implicados en la invasión mercenaria se repiten en otras conspiraciones, como la del magnicidio frustrado contra el presidente Maduro en agosto de 2018; y en el intento de otras incursiones frustradas por las autoridades venezolanas.
La oposición venezolana, así como los gobiernos de Colombia y EEUU, negaron la participación en la maniobra, pero las pruebas y testimonios revelan lo contrario. Al mismo tiempo la operación se parece mucho a la consigna de que en contra de Venezuela todas las opciones están sobre la mesa; y esas incluyen la violencia.