España donó 120 millones de euros para la supuesta causa de los migrantes venezolanos en Colombia. El monto sería el resultado del viaje de la canciller de ese país la semana pasada, y la cual generó la reacción de Caracas de revisar las relaciones con el país europeo.
Mientras tanto James Story, el funcionario de los EE.UU. que funge como el atípico embajador para Venezuela pero que despacha desde Bogotá, celebró “la generosidad de España” con esa contribución.
Para el agente de Washington los 120 millones de euros de España serán esenciales para ayudar a los venezolanos. Según él, estos huyen del país “para salvar sus vidas de la catástrofe”.
El fenómeno de la migración venezolana ha sido descrito por la diplomacia antivenezolana como un proceso humanitario de gran escala para el que extrañamente destinan montos muy modestos, tomando en cuenta que supuestamente ya se han ido más de 6 millones de personas.
Al mismo tiempo revela la felicidad de James Story que España donó 6 millones de euros para “beneficiar a los niños que no tienen hogar”.
La cifra deja servida 2 cosas: o España es muy tacaña, o el problema de los niños en frontera no es tan grande.
Al mismo tiempo esta rutina permanente de potenciar el tema de la migración venezolana se ha convertido en una rentable industria de la donación con resultados opacos.
Sin recibir beneficio
Los venezolanos que salen del país no han confirmado que hayan recibido algún beneficio de esos dineros; y los que han regresado confirman que de esa solidaridad no les ha llegado siquiera un cotillón.
Desde Caracas denuncian que Colombia se ha convertido en un gran “martillador” de dinero, uno que extorsiona y chantajea para a cambio seguir recibiendo recursos para atender a unas personas que no les interesan sino para potenciar una narrativa política en contra del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Tampoco se descarta que la trama de migrantes venezolanos sea la fachada para financiar otro gran negocio: el de la conspiración, la cual sí pudiera cebarse con una donación de 120 millones de euros.
Colombia es uno de los epicentros de las operaciones políticas y terroristas en contra de Venezuela. En su territorio se planificaron el intento magnicida de agosto de 2018 y la operación Gedeón de mayo del año pasado.
Testimonios de personas implicadas en ambas operaciones confirmaron la participación y tolerancia del gobierno colombiano.