Por: Gabriela Molina Galindo y María Alejandra Portillo García
“Miradas desde el Sur”, será una serie de escritos que tienen como esencia debatir desde las epistemologías del Sur, diferentes realidades desde diversos contextos históricos, culturales, políticos y económicos.
El propósito que nos mueve es ir manifestando planteamientos y aportes de hombres y mujeres que desde sus escritos y praxis han impulsado la construcción colectiva de las identidades y subjetividades para la emancipación y la construcción del socialismo en el Sur Global.
Hemos querido comenzar por “Los condenados de la tierra” obra construida desde la militancia de Frantz Fanon en la lucha en Argelia y cuyo prefacio es parte de la escritura militante de Jean Paul Sartre, ambos son documentos vitales para comprender las guerras de descolonización africanas y abrir los horizontes de sentido en el pensamiento y acción descoloniales.
Para Sartre, el existencialismo se trataba de una forma de humanismo que incorporaba cuestiones éticas y de la existencia humana centrándose precisamente en su subjetividad y las responsabilidades del hombre ante el mundo.
Sartre era parte de la izquierda más radical en Francia, sus planteamientos están enmarcados por las ideas progresistas dentro del marxismo teniendo contradicciones en relación a los limites orgánicos de la construcción individual en contraste con la unidad de la clase.
Tenía una visión demoledora en relación al neocolonialismo ejercido por Francia en sus colonias en África, describía al humanismo francés de la época como un humanismo racista, imperial y capitalista. En el año 1961 fue publicada la obra teniendo como escenario de conflicto la Guerra de Argelia.
La guerra como opción existencial
Siendo la guerra un hecho trascendental en la existencia humana precisa entonces ser analizado desde su subjetividad, en este caso la guerra se manifiesta como opción existencial, nunca como un fin en sí mismo. Se revela como única opción para ser-existir en el mundo.
Las guerras por la independencia de África entran dentro de esta connotación pues como manifestábamos anteriormente se trata de un acto de supervivencia, es la vida del oprimido por el opresor, este último no reconoce su existencia, la vida debe ser luchada para seguir existiendo y luego ser plenamente con el fin último de superar una realidad que es más parecida a la muerte, al dolor, la enfermedad y la invisibilización.
En palabras de Fanon: «El dominio colonial, por ser total y simplificador, tiende de inmediato a desintegrar de manera espectacular la existencia cultural del pueblo sometido. La negación de la realidad nacional, las nuevas relaciones jurídicas introducidas por la potencia ocupante, el rechazo a la periferia, por la sociedad colonial, de los indígenas y sus costumbres, las expropiaciones, el sometimiento sistemático de hombres y mujeres hacen posible esa obliteración cultural».
De lo anterior se desprende que en las luchas por la descolonización todo debe ser sacudido, pues, todo esta dispuesto desde hace siglos para su legitimación, para hacer de los oprimidos parte vital del sistema de explotación y reproducción del capitalismo.
Esto explicaría, por qué las oligarquías conservadoras latinoamericanas al retomar el poder en Bolivia, Brasil y Ecuador invisibilizan sistemáticamente al otro, a la otra indígena, sus creencias, sus costumbres, atomizando de nuevo al históricamente oprimido, del mismo modo, las políticas públicas en salud como respuesta al covid-19 responden al mismo patrón.
En el caso particular venezolano vemos como entregan el oro, CITGO, el Esequibo como medios transables para la consecución de una paz y una democracia inexistentes.
De igual forma, los sucesos acaecidos en los EE.UU. derivados del asesinato de George Floyd han generado multitudinarias manifestaciones dentro y fuera del país, parte importante del símbolo en Minneapolis ha sido el fuego para dejar en cenizas el orden establecido, se les acusa de barbarie, de violencia y de delincuencia, en este punto, retornemos a Sartre cuando convoca a los franceses a leer a Fanon argumentando:
«Nos servirá la lectura de Fanon; esa violencia irreprimible, lo demuestra plenamente, no es una absurda tempestad ni la resurrección de instintos salvajes ni siquiera un efecto del resentimiento: es el hombre mismo reintegrándose».
En la actualidad el Sur Global continúa esas luchas descolonizadoras. Estos escritos son pues vitrina para mostrar desde las distintas latitudes sentido y praxis para la emancipación necesaria, así como la guerra es una opción existencial, el amor, la vida, el tejido de la existencia en libertad que deviene de la construcción colectiva de la paz también lo son.
