Hoy el mundo alza su voz, desde diferentes partes del planeta, numerosas organizaciones están mostrando su apoyo hacia la propuesta de conceder el Premio Nobel de la Paz a la Brigada «Henry Reeve» conformada por médicos, enfermeras y profesionales de la salud pública de Cuba, que han salvado vidas en casi una treintena de países ante el coronavirus covid-19.
Los brigadistas cubanos llevan el nombre de Henry Reeve, en honor a un combatiente neoyorquino que luchó por la independencia de Cuba y cayó por ella en 1876.
Durante la actual pandemia mundial ha quedado demostrada la incondicional ayuda ofrecida por el pueblo cubano a través de este contingente internacionalista armado de amor por la humanidad. El gobierno de la isla caribeña ha enviado y sigue enviando miles de profesionales de la salud para combatir el coronavirus.
El 14 mayo el representante de la Organización Mundial de la Salud-Organización Panamericana de la Salud (OMS-OPS) en Cuba, José Moya, resaltó la respuesta temprana del país en la contención de la pandemia de la covid-19. Destacó que la ayuda de los galenos cubanos para frenar la pandemia en 23 países muestra el prestigio de los mismos, su solidaridad y el prestigio de la medicina de la isla caribeña.
Paradójicamente, contra esta isla llena de gracia aún pesa el cruel e histórico bloqueo por parte del imperio norteamericano, quien no ha entendido que nunca logrará doblegarla. En su desespero, Washington se dedica a amenazar a los gobiernos para que no acepten la presencia de las Brigadas Médicas Cubanas.
Por el contrario, Cuba es ejemplo, sinónimo de esperanza, de vida, invaluable patrimonio de la Humanidad.
Un estimulo creador de conciencia
En un mundo convulsionado no sólo por la actual pandemia sino por una profunda crisis de antivalores, el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve dista de la utopía y es un estímulo creador de conciencia.
Desde su creación en el año 2005 por el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, el Contingente Henry Reeve ha realizado una excelente labor profesional. Su desempeño ha sido muestra de disímiles valores como el Humanismo, el Internacionalismo, la Solidaridad, el Altruismo, la Laboriosidad, el Compañerismo.
El origen de este proyecto está en el ofrecimiento de ayuda que el Gobierno cubano brindó a Estados Unidos luego del Huracán Katrina, que golpeó con fuerza a Nueva Orleans.
Cuba reunió a 1.586 de sus médicos para ofrecer asistencia humanitaria allí, pero la oferta fue rechazada por el entonces presidente George W. Bush.
Con un fuerte compromiso social en contraposición con las corrientes mercantilistas, los batalladores del Henry Reeve han laborado en diversos países del mundo.
Estuvo en Angola, luego en Haití, Chile, Pakistán y otros países en el empeño de enfrentar epidemias, inundaciones, terremotos y otras catástrofes naturales. Con 15 años de ardua labor, hoy, enfrentando a la covid-19, sus brigadas actúan en 30 países poniendo muy en alto la bandera de la solidaridad.
Hoy mi Maracaibo amada pasa por días muy duros.
Todo el amor es necesario, toda la ayuda es necesaria.
¡Gracias Cuba! ??♥️
Mi tierra toda, mi acento, mi gente, mi música, mi calor, hoy TODOS sin distinción están en mis pensamientos y oraciones. pic.twitter.com/pin7RJjd9B
— Ana Rosa OCANDO (@anarosaocando) July 9, 2020
«En el mundo capitalista, el objetivo de los médicos es curar enfermos. En el mundo socialista la tarea es impedir que la gente sana se enferme. En Cuba la medicina es preventiva. Y cuando se aplica aquí, se busca asegurar que los sanos no se enfermen; que los que se enfermen, no se agraven; y que los que se agraven, no mueran. En eso consiste preservar y salvar vidas», afirmó Gustavo Espinoza, analista peruano, colaborador de Prensa Latina.
Un clamor de todos los tiempos
Actualmente, intelectuales, artistas, personalidades políticas, líderes sociales, jefes de Estado y de Gobierno, ministros, altos funcionarios de organismos internacionales, Premios Nobel de la Paz y muchísimas otras figuras del mundo contemporáneo, están unidos por un solo objetivo: el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz al Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, de Cuba, por sus elevados méritos académicos, científicos y profesionales en defensa de la humanidad.
La plataforma lanzada en Francia para promover la entrega del premio Nobel de la Paz a las Brigadas Médicas Cubanas Henry Reeve cuenta hoy con 164 organizaciones de 22 países.
El grupo solidario hondureño «Asociación de Amistad Honduras-Cuba» convocó a respaldar la propuesta. En la actualidad 91 jóvenes hondureños estudian Medicina en Cuba, donde el 95 por ciento cursa una especialidad.
A continuación el comunicado del grupo donde solicitan el cese al bloqueo y el otorgamiento del premio Nobel:
Comunicado de la Asociación de Amistad Honduras Cuba https://t.co/68VRO3LocB @Melvinadalidmr @dirianbeatrizp1 @elena80047741
— Oscar Rolando Ramos (@OscarRolandoRa1) July 1, 2020
Grupo solidario hondureño pide Nobel de Paz para médicos cubanos
→https://t.co/5aAKT3BwzqLa Asociación de Amistad Honduras-Cuba convocó a respaldar la propuesta del Premio Nobel para el Contingente Henry Reeve pic.twitter.com/eDZdDHqeS8
— teleSUR TV (@teleSURtv) June 16, 2020
Diferentes iniciativas se han originado sobre todo en Europa, EE.UU. y América Latina. Una de las que ha tenido más repercusión se ha dado a conocer a través de un grupo de Facebook creado por una organización griega.
Dimitri Dimis, del Comité Internacional por la Paz y la Justicia, sostiene que apoyan esta propuesta «de corazón» porque «los médicos cubanos muestran otra vez más que están aquí con nosotros, que están aquí por la vida».
De la misma opinión es la presidenta de la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba, Irma Dioli: «Nuestro país ha tenido la oportunidad de conocer directamente la acción de las brigadas, apreciando su profesionalidad además del espíritu solidario y humanitario de su intervención, sin pedir nada a cambio, y brindando su propio esfuerzo en aras del sagrado objetivo de salvar vidas», ha afirmado.
El primer vicepresidente de la Duma Estatal y del Partido Comunista de la Federación de Rusia, Ivan Ivanovich Melnikov, ratificó el pasado 7 de julio su apoyo a la propuesta de entrega del Premio Nobel de la Paz al Contingente Henry Reeve por su aporte en la lucha contra la infección del nuevo coronavirus.
Three Cuban?? medical brigades arrive in Africa to help fight COVID-19.
More details by @CubaMINREX
?https://t.co/IvuVpIoNma#CubaSalvaVidas pic.twitter.com/7oDFWjd5wY— Cancillería de Cuba (@CubaMINREX) July 7, 2020
La pacifista estadounidense, Cindy Sheehan afirmó que ninguna otra organización merece el premio Nobel de la Paz más que las brigadas de médicos cubanos del contingente internacional Henry Reeve. «No creo que exista nadie ni ninguna organización que lo merezca más», afirmó.
«La diferencia entre Cuba y Estados Unidos ante cualquier crisis en el mundo es que mientras ustedes envían médicos, maestros e ingenieros mi país siempre manda tropas», aseveró la activista contra la guerra.
Pienso -dijo- que también sería «un premio para la Revolución cubana y un honor para el pueblo de Cuba, que merece ser recompensado por su larga dedicación y lucha por un país y un mundo mejor».
En un video difundido por el Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba (MasCuba), el destacado defensor de los derechos humanos Adolfo Pérez Esquivel expresó su apoyo a la candidatura de las brigadas cubanas.
«Los médicos cubanos se merecen el Nobel por todo el trabajo humanitario que hacen en los lugares mas inhóspitos y necesitados. Frente a esta pandemia mundial, están presentes para servir al ser humano, ellos son los constructores de la paz», apuntó Pérez Esquivel.
Desde esta nación austral se juntaron a través de una activa Comisión Amplia, creada para ello, más de 500 firmas y adhesiones de unas 80 organizaciones con la demanda para que se conceda el Nobel de la Paz a la brigada médica cubana Henry Reeve.
Entre quienes acompañan la propuesta aparecen la exdiputada y exembajadora de Argentina en Cuba Juliana Marino, Nora Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo-Línea Fundadora.
Asimismo, prominentes personalidades del arte, la política y el activismo social en Estados Unidos y Canadá, con la organización sociocultural Hot House, de Chicago, como centro, lanzaron la iniciativa Concierto por Cuba, convocatoria virtual que podrá verse los días 18 y 19 de julio mediante el enlace de diversas plataformas digitales.
También se han pronunciado a título personal los conocidos actores Elliot Gould y Ed Harris, la documentalista Catherine Murphy, la escritora Rosemary Mealy y Howard Mandel, presidente de la Asociación de Periodistas de Jazz.
Mientras transcurran los conciertos emitirán mensajes solidarios destacadas figuras públicas, entre las que se cuentan los actores Danny Glover, Ron Perlman, Ed Asner y Mike Farrell, el cineasta Michael Moore, los congresistas Barbara Lee y Danny K. Davis, el reverendo Jesse Jackson; los activistas James Early, Medea Benjamin, Alicia Jrapko y Aislinn Sol, líder del movimiento Black Lives Matter en Chicago, los músicos cubanos Jorge Gómez, Rafael Lay Bravo y Juan de Marcos González y la poeta Nancy Morejón.
Hot House, concierto solidario por Cuba #SomosCuba https://t.co/BNjjp1ngw8 Via @Granma_Digital
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) July 14, 2020
Prominentes personalidades en Estados Unidos y Canadá, convocan a Concierto por Cuba, para reconocer las contribuciones solidarias y voluntarias en el combate contra la pandemia de la COVID-19 en el mundo y apoyar la candidatura al Premio Nobel de la Paz. #Cuba, #Venceremos. pic.twitter.com/IeCgQ6wc5v
— Dalia Almedo (@DaliaAlmedo) July 15, 2020
Toda esta lucha que se emprende por un necesario y justo reconocimiento a Cuba, se suma a las tantas que han sido ignoradas. La Revista Médica Electrónica de Cuba, con fecha marzo-abril 2019, enuncia:
“Ningún cubano ha tenido la suerte de lograr alguno de esos premios”, aunque siete de nuestros connacionales, a lo largo de más de un siglo, han sido nominados a los Nobel de Medicina, Literatura y la Paz. Sus nombres: Arístides Agramonte, Carlos J. Finlay, Joaquín Abarrán, Agustín Castellanos, Raúl Pereira, Alejo Carpentier y Eduardo Boza. Además de ellos, en 2015, fue nominado al Nobel de la Paz el Contingente Internacionalista “Henry Reeve”, por su enfrentamiento a la epidemia del Ébola [proposición efectuada por la Conferencia Anual de Sindicalistas Noruegos]».
El sol no se ocultará con un dedo
Ese ejército de batas blancas se ha ganado el reconocimiento, amor y respeto de millones de seres humanos en el planeta, por su profesionalidad y los valores humanos que los caracterizan.
El aporte de los médicos cubanos con servicios gratuitos en numerosos países donde hubo terremotos (Pakistán, Haití), huracanes y graves epidemias (ébola, en tres países de África).
En estos momentos, 2 mil 500 de ellos, agrupados en 34 brigadas, están arriesgando sus vidas en Italia, Jamaica, Belice, México, Venezuela, Antigua y Barbuda, Andorra, Togo, Perú, Sudáfrica, Kuwait, entre otros países.
No hay mejor definición de la misión del Contingente Henry Reeve para los pueblos del mundo, que la ofrecida por el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro durante su discurso en el acto de constitución (2005):
“Nosotros ofrecemos formar profesionales dispuestos a luchar contra la muerte. Nosotros demostraremos que hay respuesta a muchas de las tragedias del planeta. Nosotros demostramos que el ser humano puede y debe ser mejor. Nosotros demostramos el valor de la conciencia y de la ética. Nosotros ofrecemos vidas”, dijo Fidel Castro.
Mas allá del papel… la mayor victoria es la conciencia y el amor
Como indica Mario Ernesto Almeida Bacallao en su artículo «Premio Nobel para médicos cubanos ¿Será?:
«El Premio Nobel es nada. Nuestros médicos lo saben. No obstante, las voces alrededor del mundo continúan pidiendo el prestigioso lauro para quienes, desde una isla del Caribe, han aterrizado en las más difíciles condiciones, donde algo hermosamente raro hay que tener dentro para llegar y, así de simple, servir.
Nuestros médicos no llevan la cuenta de las decenas y decenas de miles de vidas salvadas ni de los tantos países en cuyos suelos han dejado mucho más que una torunda embarrada de sangre. Ellos solo hacen los que saben: hombre por hombre, mujer por mujer, remiendan lo roto y luego regresan a su tierra, a sus casas, para reseñar, como si hablasen de una medalla, la cara de aquel viejo desamparado cuando le dijeron que ya no iba a morir, su mano, su abrazo».
