La atropellada historia de la aparición de Juan Guaidó en la palestra política venezolana, está cargada de precisamente eso, atropellos.
A la democracia, al autoproclamarse como presidente de un país que ya había expresado su voluntad con votos y donde había resultado ganador el actual y legítimo mandatario, Nicolás Maduro, con el desparpajo de realizarlo en una plaza pública el pasado 23 de enero.
A la justicia, al intentar derrocar la gestión revolucionaria a punta de «tomas» violentas más llenas de cámaras (guacales de plátanos) que de pueblo, en una triste escena en La Carlota.
A la Constitución y estatutos legales de la Asamblea Nacional, que continúa en desacato, al imponer un debate paralelo y sin ningún tipo de poder de decisión ubicada en el este del este de la capital, así como su autoproclamación va en contra de los artículos 333, 350 y 233 de la Carta Magna de Venezuela y viola el Estado de Derecho en este país.
Al pueblo, cuando provocó que por parte de la administración de Donald Trump se dictaran sanciones y medidas coercitivas que afectan a todos los venezolanos, además de que se impuso a una figura sin preparación ni apoyo para representar al país en una suerte de tour financiado por intereses extranjeros, que ansían hacerse de los recursos naturales y demás empresas del Estado (Citgo, Monómeros, Pdvsa).
Regresa de una gira cargada de conspiración, negocios que engordan los bolsillos de unos pocos, selfies y manos estrechadas firmando papeles (y cheques) en blanco, bajo una promesa con 3 frases que ya fracasaron desde hace un año y no tiene futuro, por más que las transnacionales de la comunicación bombardean con fakenews y pretendan hacerle creer al público, las competencias de un «presidente» que no puede tomar decisiones (como la extradición de una criminal) o siquiera poner firmes a miembros de las Fuerzas Armadas, que tiene que salir del país acompañado de paramilitares terroristas por una trocha y cuando viaja en avión, no lo espera Casa militar en Rampa 4, como a todos los demás mandatarios.
Entonces ¿ahora qué? ¿Qué va a pasar con Guaidó cuando llegue?
Después de haber violado medidas cautelares dictadas por el máximo organismo judicial como el Tribunal Supremo de Justicia que en enero del año pasado había decretado:
- Prohibición de salida del país sin autorización hasta tanto se culmine la investigación adelantada por el Ministerio Público.
- Prohibición de enajenar y gravar los bienes de su propiedad.
- Bloqueo e inmovilización de cuentas bancarias y/o cualquier otro instrumento financiero en el territorio venezolano.
Sin embargo, el diputado del partido opositor Voluntad Popular (VP) no acató la restricción de abandonar el país suramericano cuando el pasado 22 de febrero salió de Caracas con destino a la ciudad colombiana de Cúcuta, en el departamento del Norte de Santander, donde al día siguiente intentaría infructuosamente ingresar camiones con supuesta ayuda humanitaria enviada por EE.UU., en medio de hechos de violencia propiciados por la oposición, reseñó Telesur en abril pasado.
- Además, la Fiscalía venezolana le ha abierto dos investigaciones, por desacato a la Constitución y a los poderes públicos, tras su autoproclamación, y otra por su presunta relación con el sabotaje eléctrico en marzo de 2019.
- Anteriormente, el diputado venezolano fue inhabilitado para ejercer cargos públicos por 15 años por la Contraloría, debido a que no ha ofrecido información sobre su situación patrimonial, a pesar de ser servidor público y estar en la obligación de declarar el origen de aproximadamente 100 mil dólares, con los que habría financiado 91 viajes y gastos de alojamiento dentro y fuera del país suramericano.
Piden que pague con cana
Saúl Ortega, Constituyente, exigió hoy a los organismos de seguridad del Estado detener a dirigentes opositores y a Juan Guaidó, por su participación en los hechos del pasado 30 de abril: «Juan Guaidó debería estar preso y le exijo a los órganos de justicia que aceleren el proceso para meter a ley a todos los que participaron en el acto criminal del 30 de abril, de Guaidó para abajo».
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, declaró en abril de 2019 que se aprobó la solicitud del TSJ «para que haya justicia» en el país, cuando se le allanó la inmunidad parlamentaria, lo que supondría el inicio de su enjuiciamiento, «por violar las medidas impuestas por el tribunal».
Nicolás Maduro, Presidente constitucional, en diciembre del año pasado afirmó que «El imbécil mayor se autonoqueó, se acabó políticamente. Ahora lo que te espera es la cárcel para que pagues los crímenes que has cometido, eso es lo que te espera. Justicia pide el pueblo de Venezuela».
“Que abran los ojos en Washington y no se sigan autoengañando con el bobolongo mayor. Ahora se fue de viaje a hacer de su fracaso un fracaso mundial. Yo aspiro que la justicia venezolana esté haciendo seguimiento a todos los llamados de sanciones contra Venezuela y se tome la decisión que se tenga que tomar para hacer justicia”, declaró el mandatario en enero de este año.
El pueblo también se ha expresado en las redes sociales al respecto, posicionando la etiqueta #GuaidóDebeIrPreso
Cuando Maduro gira por el mundo, Venezuela recibe trigo ruso y Insulina china. Cuando el Guaidog gira por el mundo, Venezuela recibe sanciones, hiperinflación y inanición. #GuaidoDebeIrPreso pic.twitter.com/WqnJnfWy1j
— Denis Rogatyuk (@DenisRogatyuk) February 11, 2020
Suponen que Guaidó llega hoy por el aeropuerto de Maiquetía las 3:00 pm y nosotros dicimos que #GuaidoDebeIrPreso por pedir a los #EEUU promover revueltas e invadir a #Venezuela, por "Traición a la Patria" y violar prohibición salir del país,hagamos lo propio.#CoronavirusChino pic.twitter.com/FIbNQpNaek
— Florentino Rojo (@florentinorojo) February 11, 2020
#GuaidoDebeIrPreso POR DONDE LLEGUE! https://t.co/SgYaJDnq1P
— hermessilval (@hermessilval) February 11, 2020
