El aparatoso fracaso de la operación Gedeón sigue provocando una reacción en cadena a lo interno de las oposiciones. Mientras los fanáticos violentos se quedan cada vez más aislados, sigue la desbandada entre quienes piden rectificación. Pero el precio de la sensatez es elevado, esta vez le tocó el turno a Stalin González a quien un medio de ultra derecha llamó “pajúo”.
¿Y cuál fue el grave pecado de Stalin?, simplemente abogar por mayor sindéresis, así como la deposición de una postura absurda que no ha dado ningún fruto. “Aquí se planteó una ruta y no se logró el objetivo”, admitió González.
Tira y encoje
En seguida el portal en cuestión publicó un tuit: “Ahorita es que te vienes a dar cuenta pajúo”. No obstante, al ver la cantidad de burlas y reacciones, prefirieron borrar la publicación. Pero ya había quedado el registro en otras plataformas.
En un claro llamado a inscribir sus candidatos para las parlamentarias del 6 de diciembre y convocar a la gente a votar, González recomendó dar un viraje. “Hay una alerta y está clara, el que no quiera escuchar y quiera seguir viviendo encerrado no está viendo lo que está pasando”.
González también cuestionó duramente la posibilidad que se ha asomado en algunos sectores de continuar el gobierno imaginario de Juan Guidó desde el exilio. “La solución no está fuera de nuestras fronteras. Abandonar el terreno y abandonar a la gente, no es una buena decisión”.
El planteamiento de Stalin, surge pocos días luego de que otro líder, otrora dominante, de las oposiciones ultra violentas, como Henrique Capriles Radonski, también lanzara varias alertas y autocríticas. El exgobernador de Miranda se decantaba por participar en los comicios.
La facción de extrema derecha representada por el denominado G-4, ahora G 2.4 por la debacle de Voluntad Popular, naufraga ante la falta total de liderazgo. Todo aderezado con escándalos internacionales de corrupción y la tozudez de un pequeño núcleo que se empeña en seguir delinquiendo.
Beisbol VIP
Aunque, a fuerza de fracasos, González ha sufrido un ataque de cordura, no siempre fue así. De hecho, este hombre prestó su apoyo para el adefesio jurídico de la autoproclamación de Guaidó, retratándose en primera fila con el presidente imaginario.
También se desempeñó como segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional en desacato durante toda la locura del Guaidosismo. Tiempo que aprovechó para visitar los Estados Unidos y disfrutar de los juegos de Playoffs de las Grandes Ligas en un área VIP.
Sus padres, dirigentes sindicales de extracción humilde, le pusieron Iván Stalin en honor a los líderes fundacionales de la revolución rusa. Pero González aplicó la psicología inversa y se convirtió en uno de los más sumisos peones de la antipatria fanática. ¿Será sincera su autocrítica?
