Biden y Trump pareciera que caminan en 2 dimensiones paralelas, en donde cada una se ignora. El demócrata organiza la transición de gobierno como si todo fuera “normal”, y el republicano cambia funcionarios omitiendo deliberadamente que a su gobierno le restan semanas.
Biden designó a Ronald Klain como el jefe de su gabinete, un veterano funcionario con más de 30 años de experiencia en los círculos políticos de Washington; mientras tanto Mike Pompeo aumenta la incertidumbre cuando asegura una transición pacífica hacia un segundo mandato de Trump.
Literalmente la política estadounidense, esa que se supone juega a las Grandes Ligas, increíblemente se desenvuelve con la rutina de 2 adolescentes que se detestan; incrementando una atmósfera de tensiones que hacen sentir que pronto vendrá un choque de trenes en el que nadie está dispuesto a quitarse en favor del otro.
Dar la espalda
Trump insiste en que le robaron las elecciones, de que hubo fraude y que llevará su reclamo hasta la Corte Suprema. Pero los organismos de Seguridad del país le contradicen, afirmando que los comicios del 3 de noviembre fueron los más seguros de la historia de ese país.
La concertación conservadora de medios que hasta hace poco arropaba solidariamente a Trump le ha dado la espalda. Ya Fox News no le sigue el coro, y se atrevió a desmentirle en su trama del fraude electoral.
La comisión que hace auditoria del proceso electoral asegura que no hubo robo o cambio de votos de unos para otro; y cada vez más son los presidentes de otros gobiernos que reconocen al abanderado demócrata como el mandatario electo.
Las 2 dimensiones
Esta actitud de silencio evasivo de Trump que está conduciendo a EE.UU. hacia una crisis política es calificada por Biden como “una vergüenza”, y los medios como un “silencio ominoso”.
De acuerdo a agencias locales, el todavía presidente habría ordenado a sus funcionarios sabotear cualquier proceso que facilite la transición con los demócratas.
Otras fuentes revelaron que Trump giró instrucciones al Departamento de estado de bloquear el acceso a Biden de los mensajes de los jefes de estado de otras naciones que le felicitan por el triunfo.
Pero igual en la dimensión de Biden los otros presidentes hablan con él, y se ponen de acuerdo a trabajar juntos, haciendo como que ignoran la otra dimensión de Trump en donde parece que el mundo no ha cambiado.
