La UCV nació para católicos ricos y «limpios de mala raza» | Por: Werther Sandoval

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No fue fácil. Casi 200 años después de haber fundado la primera universidad en América, los colonizadores españoles crearon en la Provincia de Venezuela la Real y Pontificia Universidad de Caracas, el 22 de diciembre de 1721; y habrían de pasar cerca de 100 años más para que fuese erigida la segunda institución, la Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros, en 1810.

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Dicho en palabras de Idelfonso Leal, el respetado cronista de la Universidad Central de Venezuela, en su texto Historia de la UCV: “Venezuela tuvo que esperar hasta el siglo XVII para contar con una universidad”, lacónica frase que inserta en el contexto de una Venezuela plagada de epidemias, malas cosechas y de conflictos entre gobernadores.

Los estudios universitarios eran solo para familias pudientes. Y las molestias continuas. Narra Leal que desde 1592 los vecinos de Caracas se quejaban ante el monarca Felipe II “que por no haber en la Provincia una universidad como las que hay en otras partes de las Indias, sus hijos dejan de estudiar y de ser enseñados en las Letras”.

La oligarquía se quejaba que debía enviar a sus hijos a estudiar a las universidades de Bogotá, México y Santo Domingo. El viaje desde Caracas hasta la ciudad colombiana era una proeza por lo escarpado del camino y las montañas; y el tránsito por el Caribe hasta los países azteca y dominicano estaba minado de bucaneros. Muchos estudiantes no llegaban a su destino. Y de llegar, para doctorarse, el diploma costaba 1.000 pesos

La molestia crecía al ver como España había creado 21 universidades, y con ello se diferenciaba del resto de las potencias europeas, pues con la excepción de la Universidad de Macao, creada por jesuitas en 1594 y cerrada en 1792, ninguna otra universidad había sido creada por Portugal en Brasil durante la época colonial. Desconfiaba de la ilustración. Temía fuese un estímulo a la sublevación de las poblaciones esclavizadas, africanas e indígenas.

Al lado de un convento

El cristianismo impuesto por el coloniaje español tenía presente, en casi todos los conventos de las órdenes religiosas, la idea de crear una Escuela. Es por ello que en el siglo XVI las Universidades nacieron sobre todo alrededor de los conventos; absorbiendo las tareas y las necesidades de naturaleza social, administrativa, jurídica y eclesiástica.

“Bajo el carácter de Real y Pontifica, la nueva universidad colonial se establecía particularmente para defender los fueros y regalías del Rey, velar por la pureza de la religión católica y formar profesionales (teólogos, canonistas, juristas y médicos) útiles al Estado y a la Iglesia”, afirma Alí Enrique López Bohórquez, en ensayo Establecimiento de las primeras universidades en Venezuela (siglos XVIII y XIX).

La Real y Pontificia Universidad de Caracas nace entonces para defender los fueros y las regalías del Rey, velar por la pureza de la religión católica y formar teólogos, canonistas, juristas y médicos útiles al Estado y a la iglesia. Era Real y Pontificia por estar bajo la tutela del Monarca y del Sumo Pontífice. Para ser admitido como alumno, se exigía presentar un testimonio de vita et moribus, es decir, una relación detallada de vida y buenas costumbres.

“Con el auxilio de testigos y documentos el aspirante demostraba que era una persona blanca, de legítimo matrimonio, descendiente de cristianos limpios de toda mala raza”, afirma Leal.

La Real y Pontificia Universidad de Caracas no admitía negros, zambos, mulatos y a quienes habían tenido en su familia alguna infamia, por razón de un penitenciado por la inquisición. Además, el estudiante debía gozar de buena posición económica. Un título universitario costaba el equivalente a dos años de salario de un profesor universitario.

Toda esta realidad cambia cuando estalla la revolución por la independencia y la universidad elitesca y monástica es sustituida por la universidad republicana, más dinámica, tolerante y científica.

La tarea es emprendida por Simón Bolívar, quien, acompañado por José María Vargas, elimina el carácter de Real y Pontificia y establece que desde 1826 se llame Universidad Central de Venezuela. Además, promulga nuevos estatutos el 24 de julio de 1827 y eliminan la selección de estudiantes por su color de piel, reducen el costo de los títulos, suben el salario de los profesores, suprimen el latín como lengua oficial, dotan a la universidad de un enorme patrimonio económico en tierras de las haciendas cacaoteras de Chuao, Cata, Suárez y Tácata, que le confiere autonomía. Por primera vez un doctor puede electo rector.

Incluso, ya próximo a morir, el 9 de diciembre de 1830, Bolívar reafirma su devoción y deseo de hacer de la Universidad Central de Venezuela una de las mejores del mundo, al señalar: “Es mi voluntad que las dos obras que me regaló mi amigo, el señor General Wilson, y que pertenecieron a la biblioteca de Napoleón Bonaparte, tituladas el Contrato Social de Rousseau y el Arte militar, de Montecuccoli, se entreguen a la Universidad Central de Venezuela”.

 

WERTHER SANDOVAL

Fuente: ÚN.


 

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