La estadounidense Lisa Montgomery murió en la madrugada de este martes 13 de enero, después de una literal “guerra a muerte” en la justicia para resolver si era constitucional ejecutarla.
Trágicamente Montgomery se convirtió en una hazaña en los EE.UU., ya que se convirtió en la primera mujer en recibir la pena capital en los últimos 60 años.
Durante 13 años le sacó el cuerpo a la pena de muerte, pero no se escapó con vida de la política de Trump de reanudar la pena capital a nivel federal después de 17 años de “clemencia”.
La Corte Suprema del país dio término a la espera de la máxima sentencia luego que levantara la suspensión que demoró por 24 horas su ejecución.
La reacción de la defensa
La defensa de Montgomery lamentó la decisión de la justicia en contra de su cliente. En un comunicado a la prensa expresaron que “la sed de sangre cobarde de una administración fallida se manifestó esta noche. Todos los que participaron en la ejecución de Lisa Montgomery deberían sentir vergüenza”.
Para quienes veneran el rigor ciego de la justicia, consideran que el final de Montgomery es el final adecuado. Ella mató en 2004 a una joven de 24 años que tenía 8 meses de embarazo.
Después de matarla, abrió el vientre de la víctima para sacarle al bebé. A pesar de los detalles de este crimen abominable, sus abogados pidieron al menos la compasión de la prisión perpetua.
No tuvieron clemencia
La defensa argumentó que Montgomery era una mujer trastornada, cuya vida quedó marcada por un pasado violento. Según sus defensores, ella fue abusada y violada por su padre y amigos cuando tenía 11 años.
En este sentido, la abogada de Montgomery expresó también que “el gobierno no se detuvo ante nada en su celo por matar a esta mujer dañada y delirante”.
En este mismo comunicado, agregaron que la ejecución de su cliente “estuvo muy lejos de la justicia”.
Antes de la pena capital en contra de Lisa Montgomery, el último caso de ejecución a una mujer en los EE.UU. a nivel federal pasó en 1953. Se trató de la muerte en la cámara de gas de una mujer y su novio implicados en el secuestro y muerte de un niño de 6 años que era el heredero de un magnate de una serie de concesionarios de vehículos Cadillac.