El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, personaje indigno que por uno de esos inexplicables errores de la historia llegó al poder en El Salvador, hace de la creciente xenofobia, que año tras año muestra la sociedad estadounidense, un buen negocio.
Él, descendiente de inmigrantes del Medio Oriente, le alquila espacios de un gigantesco campo de concentración a Donald Trump, para almacenar allí seres humanos, personas que, en su mayoría, salieron de sus países con la esperanza de mejorar su calidad de vida.
Si bien Bukele es una muestra miserable de lo que puede llegar a ser un político, no tuvo en este caso una idea original. Aproximadamente tres años antes, la presidente del Consejo de Ministros de la República Italiana, Giorgia Meloni, tuvo la ocurrencia de enviar a los inmigrantes africanos y asiáticos que llegan a las costas de su país a dos centros de reclusión en Albania, nación que no pertenece a la Unión Europea.
Y aunque la admiradora de Benito Mussolini no ha podido avanzar en hacer que se ocupen las celdas, pues los tribunales le han parado el trote, hace unos meses optó por relanzar el plan de meter entre rejas albanesas a quienes huyen de la pobreza, la guerra y el caos que en sus lugares de origen son trágicas consecuencias de la actuación de Europa y Estados Unidos.
También hay que recordar el experimento llevado a cabo en el Reino Unido por el gobierno Conservador, meses antes de perder el poder luego de 14 años de hegemonía. El partido de los tories trató de deshacerse de los migrantes mediante vuelos con destino a Ruanda y peor aún, a través de su encarcelamiento en el Bibby Stockholm, un megabarco prisión de horroroso aspecto en el que llegaron a estar 500 solicitantes de asilo. Este programa fue cancelado por el gobierno Laborista a finales de 2024.
En fin, en la ola de lo inhumano, Bukele no es más que un intermediario de tercera, un capo asalariado de la Casa Blanca, a quien en algún momento alcanzará la justicia internacional, claro, cuando esta se reponga del oscuro periodo en el que se ha sumido actualmente.
Alfredo Carquez Saavedra
ÚN.
