El periodista australiano Julian Assange, sometido a una despiadada cacería de Estados Unidos, vuelve a ser noticia este miércoles 6 de enero. La jueza británica de Westminster (Londres, Reino Unido), Vanessa Baraitser, dictaminó denegar la libertad bajo fianza para el fundador de Wikileaks (2006).
Paradójicamente es la misma jueza que el pasado lunes decidió no aprobar el pedido de extradición de Assange hacia Estados Unidos, por considerar que su condición mental podría implicar posibilidad cierta de suicidio en caso de que fuera trasladado a ese país norteamericano.
«Estoy convencida de que existen razones sustanciales para creer que si el Sr. Assange es liberado hoy, no comparecería ante la corte para afrontar el proceso de apelación». Así lo sentenció la jueza actuante tras evaluar en una audiencia la solicitud de libertad que hizo el equipo defensor del activista informático.
Ello significa que Assange tendrá que permanecer en la prisión de alta seguridad de Belmarsh hasta que se presente y se considere la apelación de Estados Unidos sobre su extradición.
¡Es suficiente!
«Exigimos que se lo libere de inmediato y que se retiren todos los cargos. Es suficiente, han pasado 10 años dejen ir a Julian Assange», se oyó en las adyacencias de la corte donde se tomó la decisión reciente. «La batalla por Julian continuará, lo queremos libre, la oposición va a apelar (…) Confiamos que cualquiera sea el caso la justicia prevalecerá. Esto es decepcionante», sumó la defensa. «Sufre por haber publicado información que interesa al público en general. Lo que pase con él es responsabilidad legal y moral del gobierno británico», adicionó. La defensa dijo también que apelará esta negativa.
Igualmente descartó que la oferta de asilo político del gobierno de México pudiera significar que Assange huyera a ese país. «La oferta de México fue claramente para cuando finalece el proceso legal, y no para entrar en su embajada», expresaron.
Este martes 5 de enero se conoció que el primer ministro Scott Morrison dijo que Julian Assange es «libre de regresar a casa» en Australia, una vez que se resuelvan las impugnaciones legales en su contra.
Vuelven a perder el periodismo veraz y la libertad de prensa mundial.
